Un día después de que ambas cámaras del Parlamento argelino confirmaran a Abdelkader Bensalah como jefe de Estado por un período máximo de 90 días, este se empeña en neutralizar las manifestaciones populares de rechazo a su reciente designación con un ofrecimiento para organizar y convocar una elección transparente, honesta y regular.

Fuentes cercanas a la Presidencia señalaron que Bensalah trabaja para involucrar a la clase política argelina, el "hirak" (movimiento) popular y las autoridades en un proceso que favorezca el retorno a la normalidad tras 20 años de gobierno de Abdelaziz Bouteflika.

"Estamos obligados a competir, la ciudadanía, la clase política y las instituciones estatales, para cumplir con las condiciones, todas las condiciones, de una elección presidencial transparente y regular", expresó durante su discurso de toma de posesión del cargo.

Bensalah, de 77 años y cercano a Bouteflika, aseguró que todo el pueblo argelino será garante de unas elecciones, mediante las cuales podrá votar de forma libre y soberana.

Asimismo, anunció la instalación con carácter prioritario y urgente de una instancia que tendrá la misión de reunir las condiciones necesarias para la preparación y organización de elecciones nacionales honestas y transparentes.

Instó a cada uno a 'superar las divergencias y dedicarnos a una acción colectiva histórica a la altura de los desafíos de la etapa, descansando en los valores de solidaridad, cohesión y de abnegación, a fin de alcanzar el objetivo supremo de crear los fundamentos de la Argelia del futuro'.

Poco después de la alocución de Bensalah, el jefe de Estado Mayor del Ejército, general Ahmed Gaid Salah, aseguró que la institución castrense trabajará para 'garantizar la tranquilidad' del país.

En Argel, fuerzas antidisturbio emplearon ayer, por primera vez desde la renuncia de Bouteflika, chorros de agua para dispersar a estudiantes y otros manifestantes que se movilizaron hasta la Grande Poste para mostrar su rechazo al nombramiento de Bensalah.