Facebook en la política de EE.UU.
El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció los pasos de la compañía para proteger las elecciones estadounidenses, según The New York Times, que incluyen bloquear anuncios políticos e información errónea, sobre todo relacionada con el Coronavirus o de quienes declaren victorias antes de los resultados.
Uno puede -y muchos lo harán-, entrar en debate sobre cuán efectivas serán esas medidas para prevenir el caos durante el ejercicio comicial, pero las etiquetas de publicación engañosa de Facebook son vagas hasta el punto de causar confusión.
De manera similar, bloquear anuncios políticos ignora la desinformación a la que los estadounidenses están sujetos año tras año y, al parecer, está más allá del debate, aunque es evidente la profundidad de la plataforma social en el tejido de la democracia.
La lectura de la publicación del blog sobre seguridad electoral de Zuckerberg, me recordó una línea de un artículo fundamental de 2017 del periodista Max Read, dice el columnista del periódico neoyorkino.
Read se sintió impresionado por una promesa similar de Zuckerberg de garantizar integridad en las elecciones alemanas.
Ese compromiso fue admirable, escribió, pero también una admisión tácita del inmenso poder de Facebook.
"Es una declaración que implica un nivel de poder a sobre el estado y más allá, como una especie de entidad supraestatal soberana, autorregulada, dentro de la cual operan los propios estados", suscribió Read.
Ese poder se consolida en las decisiones de su primer ejecutivo, quien tiene el control de voto sobre la compañía.
Así es como el cofundador de Facebook, Chris Hughes, describió el férreo control de Zuckerberg sobre la empresa en The Times el año pasado: “La influencia de Mark es asombrosa, mucho más allá de la de cualquier otra persona en el sector privado o en el gobierno. Controla tres plataformas de comunicaciones centrales, Facebook, Instagram y WhatsApp, que miles de millones de personas usan todos los días. La junta de Facebook funciona más como un comité asesor que como un supervisor, porque Mark controla alrededor de 60 por ciento de las acciones con derecho a voto. Solo Mark puede decidir cómo configurar los algoritmos de Facebook para determinar qué ven las personas en sus News Feeds, qué configuraciones de privacidad pueden usar e incluso qué mensajes se entregan. Él establece las reglas sobre cómo distinguir el discurso violento e incendiario del meramente ofensivo, y puede optar por cerrar a un competidor adquiriéndolo, bloqueándolo o copiándolo”.
Si la descripción de Hughes parece hiperbólica, puede deberse a que tal consolidación de poder es realmente difícil de comprender.
"Creo que subestimamos el poder de Facebook", dijo Siva Vaidhyanathan, profesor de estudios de medios en la Universidad de Virginia
“Es realmente difícil para los seres humanos imaginarse el tamaño real y la influencia de la plataforma. Algo así como una de cada tres personas la usa; no se parece a nada que hayamos encontrado en la historia de la humanidad, y no estoy seguro de que Mark Zuckerberg esté siquiera dispuesto a contemplar su influencia. No estoy seguro de que pudiera dormir si alguna vez pensara en cuánto poder tiene", apuntó.
El crecimiento sin precedentes de Facebook y el control del mercado de la publicidad digital, junto con Google y otros, ayudaron a acelerar el colapso de los modelos comerciales del periodismo
Eso provocó consolidaciones, cierre de publicaciones y despido de periodistas en todas partes.
La supuesta libertad para todos convirtió a Facebook en la plataforma favorita para la manipulación política.
En cualquier caso, gana en todas las direcciones y por su tamaño y poder crea inestabilidad.
Este verano mostró que la plataforma es vector de las fuerzas más desestabilizadoras en la vida estadounidense; ayudó a potenciar las conspiraciones en torno al peligroso movimiento QAnon, acrónimo de Q-anónimo, con el cual la ultraderecha norteamericana habla teorías de la conspiración que ponen el peligro al país
También proporcionó organización y ampliación a los llamamientos a actuar de las milicias, relacionados con muertes en ciudades estadounidenses durante las protestas sociales
Las políticas de Facebook para la moderación no detectan violaciones flagrantes de las reglas en torno a la privación del derecho al voto de los votantes, y las teorías de conspiración que se vuelven virales en la plataforma se han abierto camino, una y otra vez en la boca del presidente Donald Trump.
Los empleados de la plataforma social parecen entender que la situación es insostenible y están hablando entre dientes contra del liderazgo de Zuckerberg.
"Parece verdaderamente incapaz de asumir la responsabilidad personal de las decisiones y acciones en Facebook", dijo un empleado de Facebook a BuzzFeed News la semana pasada después de una reunión de la empresa en respuesta a la violencia en Kenosha, Wisconsin.
A solo dos meses para las elecciones, el enfoque de la nación está en conservar la integridad del proceso electoral frente a un presidente que amenaza con socavarlo.
“Facebook se ha vuelto demasiado grande y sus usuarios demasiado complacientes para la democracia”, concluyó Read al final de su artículo de 2017
Sus palabras parecen proféticas hoy en día, ya que, sin control ni regulación de los gobiernos, la creación de Zuckerberg se posiciona en una línea que, en la búsqueda de la defensa ante un aspirante a hombre fuerte a un reino, parece ser la sucesión de poder a otro.