La administración de Donald Trump defendió este lunes el ataque letal ejecutado por tropas del Comando Sur de Estados Unidos contra sobrevivientes de una embarcación en el mar Caribe, al señalar que la acción se realizó en “legítima defensa” y “de acuerdo con las leyes de la guerra”.

Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, justificó el segundo bombardeo contra una embarcación civil ocurrido el pasado 2 de septiembre, después de que las tropas estadounidenses detectaran sobrevivientes tras un primer impacto contra la supuesta narcolancha.

Leavitt aseguró que el  jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, almirante Frank Bradley, actuó “correctamente dentro de su autoridad y de la ley” al ordenar la destrucción de la embarcación. 

En este contexto, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, anunció el domingo la apertura de una investigación sobre las ejecuciones extrajudiciales de connacionales realizadas por los efectivos militares estadounidenses.

Señaló que el Parlamento se reunió con familiares de venezolanos asesinados y que expertos en derecho internacional consideran que, de haberse producido en un contexto de guerra declarada, podrían calificarse como “crímenes de guerra”.

La polémica también alcanzó al Congreso de Estados Unidos. Tanto la Cámara de Representantes como el Senado iniciaron investigaciones sobre los dos ataques contra la misma embarcación, según reportó NBC.

De acuerdo con The Washington Post, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, dio la orden verbal de “matarlos a todos” en el primer ataque contra la lancha.

Tras observar sobrevivientes, el almirante Bradley ordenó un segundo bombardeo para cumplir con las instrucciones de Hegseth.