¡No tienes que serlo!
El autor define claramente que la unidad con la Resistencia es el camino para lograr la paz, la estabilidad y el reconocimiento de Palestina.
No tienes que ser palestino de Gaza, miembro de alguna facción de la resistencia armada...
Ni tienes que ser palestino de Cisjordania, opositor a lo que llaman la Autoridad Nacional Palestina con sus milicianos y sus agentes, servidores de la ocupación...
No tienes que ser uno de los palestinos obligados a llevar un pasaporte de la entidad usurpadora, mientras en lo más profundo de tu alma perteneces, con tus raíces, al pulso de la tierra, con sus olivos, su tomillo, sus pájaros, su cielo y sus arroyos...
No tienes que ser un sureño de los pueblos y ciudades del sur de Líbano, aquellos cercanos a las fronteras con Palestina, mientras desde pequeño, desde los inicios de tu conciencia, sufriste el miedo y la ansiedad cada vez que los cazas y drones cruzaban el cielo de tus campos. Y aún tienes grabada en la memoria la imagen de tu abuela advirtiéndote que no miraras hacia arriba, hacia donde el sonido de los motores cortaba la quietud del aire, para que “los judíos” no te vieran fijándote en el destino de la malograda vida de los cazas...
No tienes que ser de izquierda revolucionaria o nacionalista, de aquellos que crecieron en la enemistad hacia "Israel" y combatieron a su ejército invasor en el marco del Frente de Resistencia Nacional Libanés...
No tienes que ser chiíta, de los combatientes de Hizbullah, ni seguidor de Hizbullah, ni creyente que no deja ocasión sin elevar una súplica: "Dios, destruye a ?'Israel'"...
No tienes que ser marxista, profundamente consciente de la lucha contra el imperialismo, ni oponente a "Israel" como herramienta de sometimiento de los pueblos de la región y para dominar sus riquezas...
No tienes que hacerlo... si todo lo que ha pasado en Palestina desde la Nakba no te ha importado, y prefieres disfrutar de la vida. Si durante más de un año has visto a los usurpadores de Palestina divertirse con cohetes y bombas enviadas por Washington, Londres, Berlín, Ottawa y París, atacando casas con ellas, además de barrios, escuelas, hospitales, clínicas, mezquitas, iglesias, campamentos de desplazados y ambulancias, convirtiendo a mujeres, ancianos, jóvenes y niños, a familias enteras, en pedazos mezclados con el polvo de los muros destrozados, piedras trituradas, edificios desmoronados y barrios inundados de muerte y destrucción.
¿Cómo es que un pueblo entero ha sido reducido a simples números en el conteo del asesinato y el genocidio? ¿Cómo es que Auschwitz renació, extendiéndose desde Gaza y Palestina hasta Líbano?
Y mientras ves todo esto en directo, tienes derecho a pensar en protegerte a ti mismo, a tu familia, a tus seres queridos, a decir que esto no es asunto tuyo, a ser extremadamente egoísta y liberarte de cualquier compromiso humano, religioso, político o moral ante el horror y la atrocidad de los crímenes contra tu pueblo y tu nación...
Yo no soy como tú. No puedo evitar enfurecerme, gritar, escribir, manifestarme, ayudar a la resistencia en lo que pueda, pelearme contigo y con los que son como tú, acusarte de indiferencia...
No importa cuánto hables de paz, o cuánto nos digas que estás cansado, que tus nervios ya no soportan más, eso no cambiará la realidad. El mundo, desde los inicios de la humanidad y la propiedad privada de los medios de producción, siempre ha estado en guerras.
Lo que leíamos en los libros de historia en la escuela sobre esas guerras devastadoras entre imperios, y las calamidades que trajeron a la gente, es lo que estamos viviendo hoy. En las grandes batallas no hay lugar para los deseos.
Hablemos ahora con la razón
El deseo de paz y estabilidad es legítimo, pero la estabilidad solo nace del equilibrio de fuerzas en conflicto. Es uno de los principios básicos de la física, de la mecánica. Es una de las reglas de la dinámica de los conflictos. La victoria de uno de los bandos traerá la estabilidad.
En nuestro caso, la victoria del proyecto sionista traería una estabilidad como la que vemos en la cooperación entre la ocupación y la llamada Autoridad Palestina en Cisjordania.
Los ministros sionistas y sus apoyos en Washington hablan abiertamente del modelo de estabilidad que preparan para Beirut, Damasco, Bagdad y Riad.
El otro modelo de estabilidad es el que vivimos desde la liberación de nuestra tierra en el año 2000 hasta el año pasado, una estabilidad basada en el equilibrio del poder de disuasión, lograda por la expulsión del ocupante sionista de nuestra tierra a través de la lucha armada y la existencia de una resistencia con suficientes elementos de disuasión.
Es claro que la derrota del proyecto sionista implicaría el fin de la hegemonía imperialista en nuestra región, algo que las fuerzas internacionales actuales no permiten.
Sin embargo, la formación de un mundo multipolar aumentará las posibilidades de debilitar la hegemonía imperialista, abriendo las puertas a las fuerzas de resistencia locales para fortalecer su posición en el equilibrio del terror, lo que aumentará las posibilidades de establecer una situación de estabilidad, que puede ser corta o larga mientras se espera la siguiente batalla.
Si realmente quieres algo de estabilidad, no tienes más opción que alinearte con la resistencia, apoyarla y abandonar tus ilusiones de vivir en paz si triunfa el eje sion-imperialista, respaldado por los regímenes traidores árabes.
En cuanto a ti, que te encuentras a mitad de camino con los sionistas, minimizando la voluntad de resistencia, trabajando para destruir la confianza en la victoria y promoviendo la narrativa sionista y los comunicados del ejército enemigo, con sus mentiras sobre la presencia de responsables de Hizbullah, depósitos de armas y misiles en los edificios atacados que albergan a mujeres, niños y a nuestra gente desplazada temporalmente de sus hogares, te has puesto en la fila de la quinta columna, es decir, en el lado de la traición. Y por más que grites protestando por que te acusan de colaboracionismo, alegando que nadie tiene derecho a pedirte un examen de sangre para comprobar tu patriotismo, eres un traidor y un colaborador sionista.