El uso de los adelantos tecnológicos, la big data, la inteligencia artificial y la comunicación específica y segmentada para los diversos públicos se va haciendo común en los procesos políticos de América Latina, para la construcción de la imagen de algunos actores y el intento de destrucción moral y pública de los oponentes.

Ello es previsible en una era en la que parte importante de la opinión pública se mueve e informa en el escenario digital, y especialmente en las redes sociales.

Lo distintivo es que buena parte de esas campañas políticas digitales se generan desde los Estados Unidos.

Un reciente informe de Facebook reveló que la firma basada en Washington CLS Strategies creó un entramado de perfiles falsos de Facebook e Instagram llenos de fake news, destinados a manipular la opinión pública de tres países latinoamericanos.

La división de ciberseguridad de Facebook detectó que CLS manejaba una red de 55 cuentas de Facebook, 42 páginas y 36 cuentas de Instagram, que “mostraron comportamiento inauténtico coordinado y movilizaban información emulando páginas de partidos políticos”.

Un comunicado de la compañía de Mark Zuckerberg señaló que “las personas detrás de esta actividad publicaban acerca de noticias y eventos actuales, incluyendo temas de política y figuras políticas, elecciones y crisis política en Venezuela, México y Bolivia”.

No se puede considerar esto como un hecho aislado o como el simple servicio de una agencia de comunicación estratégica a determinados Gobiernos o fuerzas políticas. Es un empeño coherente con las políticas de dominación de Washington en América Latina y con los preceptos de la Estrategia de Guerra No Convencional del Ejército de los Estados Unidos.

En su página oficial en Internet, CLS Strategies deja claro que su staff “se conforma de veteranos de campañas políticas y agencias de gobierno; sabemos cómo se hace la política y cómo piensan los que la hacen y sabemos cómo influenciar su manera de pensar”.

CLS Strategies tiene reconocidos vínculos con la USAID y la NED (agencias gubernamentales de Estados Unidos para la subversión) y uno de sus tres fundadores, Peter Schechter fue ejecutivo del Atlantic Council (que preside honorariamente José María Aznar) y tiene estrecha conexión con la OEA.

Entre sus ejecutivos, años atrás, estuvo el siniestro Roger Noriega, quien fue Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental en la época de W. Bush, autor de varios engendros anticubanos y antivenezolanos y activo promotor de los recientes Golpes de Estado en la región..

Por eso no es extraño que la firma CLS esté detrás de parte de las copiosas campañas contra la Revolución Bolivariana de Venezuela y de apoyo a la oposición golpista de ese país. “Después de años de saqueo, el sector de la salud está desamparado”, decía uno de los mucho mensajes difundidos en la perversa red contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

En enero de este año fue denunciado el apoyo de esta compañía a la construcción de la imagen en los espacios digitales del golpista venezolano Juan Guaidó.

También CLS Strategies fungió como asesora en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en México, que culminó con la cuestionada victoria del candidato. Por ello recibió al menos 273 211 dólares en pago, a través de un plan encubierto denominado como “Proyecto Oro Colombia”, según la organización Mexicana contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Organizaron además campañas desde estas páginas falsas para atacar al actual Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y al Partido MORENA, su base política.

CLS Strategies también tuvo un papel activo en el lavado de cara al Golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales. Según el portal Bol News Press, la compañía fue contratada el 5 de diciembre de 2019 por el Ministerio de Gobierno de Jeanine Áñez para mejorar la imagen del ejecutivo instaurado por el golpismo boliviano. La firma recibió 1 000 dólares diarios por ese trabajo entre diciembre de 1999 y marzo del 2020.

Denuncias del acucioso investigador independiente Julián Macías Tovar vinculan a CLS con los Golpes de Estado en Honduras, contra Manuel Zelaya, y Paraguay, contra Fernando Lugo.

Sin proponérselo, seguramente, Facebook ha levantado una alfombra en Washington con mucha basura debajo. El imperio sigue acudiendo a todas las armas a su alcance para detener a cualquier costo los procesos progresistas en la región. La aplicación consecuente de la Doctrina Monroe “América para los americanos (estadounidenses)” tiene también su alargado brazo digital.