En ese escenario de guerra y la necesidad del colonialismo franco y británico y la debilidad del Imperio Otomano producto que inteligentemente los ingleses armaron en forma amplia pero controlada a los pueblos árabes para que inicien levantamientos contra el Imperio Otomano en plena guerra mundial, pero cuidando que esos árabes armados no sean un peligro real para el futuro de la colonización posterior a la destrucción del Imperio Otomano y al reemplazante.

El tremendo desgaste de la economía del Reino Unido y lo prolongada que resultó ser la guerra, dio una oportunidad al ojo avizor del sionismo internacional conformado principalmente por los banqueros europeos y norteamericanos, Los Rothschild, Morgan etc. en orden a una oportunidad real de hacerse con el control del sistema financiero del Imperio Otomano una vez derrotado. Los intereses de los imperios francés británico aliados en esta guerra y en espera de dividirse el territorio por conquistar no solo dio origen al tratado de Sykes Picot  sino que debieron transar con el movimiento sionista en varios aspectos a saber estos ayudarían a financiar la guerra a esta potencia británica y al mismo tiempo a impulsar la entrada en la guerra de Estados Unidos a cambio de territorio en Palestina. 

Esta oferta sionista fue lo bastante atractiva para el imperio británico y en forma general, ofrece responder al plan sionista con la mención y promesa de un hogar nacional judío, no necesariamente un Estado, propiamente tal la idea del estado definitivo, los sionistas la comenzaron a trabajar con el apoyo norteamericano cuando comprendieron que ese tremendo capital industrial y financiero ganaría definitivamente la guerra y con el apoyo norteamericano que vio a su vez la oportunidad única en la creación del estado sionista la oportunidad de entrar en el territorio del imperio otomano y no dejar todo el pastel a los imperios francés y británico. Esta guerra capitalista siguió en una etapa posterior ya en la lucha del interés de entrar a Estados Unidos y el control de las finanzas totales del imperio junto al capital usurario sionista, esto va creando una situación que la pragmática y siempre bien informada Inglaterra no lo había previsto, habían caído en una trampa de los sionistas que les utilizaron para ingresar en Palestina pero como un verdadero caballo de Troya con ellos venía el imperialismo norteamericano y allí comenzó la idea de los británicos de impedir una nueva contradicción inter capitalista donde los británicos tenían la mayor posibilidad de perder.

En este escenario imprevisto y sorprendidos los británicos, tratan de detener el crecimiento de la inmigración sionista y evitar la creación de ese Estado para no perder el control general y al mismo tiempo que pronto no tendrían control alguno en ese territorio palestino y el capital usurario que explotaría esa región sería el norteamericano y no ellos y solo debía iniciar una incierta ocupación de un vasto territorio cuyos pueblos ya había sentido que era posible por la lucha armada derrotar a un imperio y no aceptarían de buena ganas otros más en su reemplazo. 

Se daba inicio a una colonización que solo podría prolongarse en el tiempo dividiendo a los pueblos árabes en países fragmentados y enemistados entre sí de otra forma no podrían continuar la colonización sin nuevas guerras que en ese momento no podían solventar. Este plan es recuperado por el político y ministro sionista posteriormente para recrearlo en el llamado Plan Yinon y en cuya ejecución se encuentra empeñado el imperialismo norteamericano y la entidad sionista hoy en día. Termina el matrimonio británico-sionista y entra a funcionar el nuevo imperialismo y atado a él, el movimiento sionista que luego volverá a unirse a los británicos en la misma medida que se van entrelazando las transnacionales industriales y comerciales de explotación de esos territorios y adosado a ellas el capital financiero sionista. 

Con el descubrimiento de los grandes yacimientos de oro negro en los territorios árabes y la división territorial creada en el tratado Sykes Picot,  se creó una nueva realidad en el terreno y nacen las alianzas comerciales financieras entre Estados Unidos, Francia y Reino Unido para devorar el pastel del mundo árabe, voracidad que dura hasta nuestros días.

Quedaba claro que la necesidad de la creación de un Estado sionista no obedeció ni obedece a una necesidad del judaísmo y quedó demostrado desde el inicio que la idea sionista de crear un Estado en Palestina no atrajo desde un inicio a los judíos. Estos nunca deseaban emigrar a Palestina y en su gran mayoría lo hacían a Estados Unidos y otros continentes incluyendo la Argentina, y no era un deseo judío sino una necesidad del capital financiero internacional que requería controlar las finanzas del derrotado imperio otomano y prolongar su estadía que solo sería posible creando una nueva realidad en el terreno. Es decir finalmente la declaración Balfour fue producto de una negociación y la creación del Estado sionista, fue una necesidad del capitalismo y el capital financiero, los judíos solo fueron la carne de cañón y esta estaba compuesta por judíos pobres, perseguidos sospechosamente en donde más había y donde los sionistas tenían secretas y buenas relaciones con el Zar de Rusia y con el régimen nazi.