El 6 de septiembre, hace dos años, fue un día excepcional en la historia del movimiento de prisioneros palestinos y en el historial de su lucha contra los prisioneros israelíes. Con genes de heroísmo y desafío, clareó el amanecer de la libertad para seis héroes que cavaron un túnel bajo la prisión israelí “Gilboa”, la más fortificada en términos de capacidades.

La historia de su libertad comenzó con una cuchara, una celda y un pequeño túnel, y terminó con una epopeya inmortal y legendaria en los campos y bosques de la orgullosa Palestina.

Mahmoud y Muhammad Al-Arda, Ayham Kammji, Zakaria Zubaidi, Yaqoub Qadri y Munadel Nafiat entraron en la historia por sus puertas más amplias después de arrebatarles su libertad a pesar de la nariz del carcelero y asestaron un poderoso golpe que sacudió los pilares de la ocupación israelí y su prestigio.

Lecciones y mensajes inmortales y un punto brillante dejado por los héroes del Túnel de la Libertad en el registro de la lucha palestina, o el Túnel del Milagro y la Bofetada, como me gusta llamarlo. El milagro de alcanzar la libertad y lo imposible con los medios más simples, y la bofetada que “Israel” recibió de estos héroes. Lo que hicieron es un ejemplo vivo y gran prueba del lenguaje de desafío con la voluntad que poseían y la insistencia en obtener su libertad y sus derechos, sin importar cuán serios fueran los intentos de la ocupación de quebrantar su determinación mediante el arresto, el aislamiento y la tortura.

Una de las lecciones importantes de la experiencia única que vivieron los seis héroes en el experimento del Túnel de la Libertad es que registraron con orgullo que la cuestión de los prisioneros es la madre de las constantes palestinas, la máxima prioridad nacional y la cuestión central y unificadora. Estuvo, está y seguirá presente hasta que las cárceles israelíes estén vacías del último prisionero palestino.

Liberar a los presos es una responsabilidad individual y colectiva, y defender su causa es el deber de toda persona libre. Es una gran lección encarnada por los héroes del Túnel de la Libertad, la mayoría de los cuales fueron encarcelados por toda la vida. Mientras el pueblo palestino conmemora el segundo heroísmo épico, hay cada vez más insistencia y acción sobre la necesidad de utilizar todos los medios para liberarlos en un momento en que enfrenta nuevas decisiones arbitrarias e injustas adoptadas recientemente por Itamar Ben Gvir, el ministro terrorista del gobierno de Netanyahu.

Los efectos de la operación Túnel de la Libertad de hace dos años todavía están vivos en nosotros y vivimos en ellos. Estos efectos no se limitaron a la cuestión de los prisioneros, sino que establecieron nuevos hechos sobre el terreno y en diversas direcciones, encendiendo una enorme revolución palestina contra la ocupación israelí, que practica los crímenes más atroces contra la tierra, el ser humano y las santidades. En Cisjordania y Jerusalén, hay una resistencia viva y creciente, que incluye varias formas de operaciones en Nablus, Jerusalén, Hebrón, Huwwara y Yenín.

La operación traza nuevas ecuaciones para mostrar el alcance de la incapacidad del ocupante para proteger sus prisiones, por un lado, y su fracaso para asaltar los campos de Cisjordania, por el otro.

Hay mensajes que debemos considerar en el segundo aniversario de la Operación Túnel de la Libertad, el primero de ellos es el mensaje de libertad que anhelan estos héroes, junto con todos los prisioneros en las cárceles de ocupación, y un mensaje de exponer la incapacidad y traición de los regímenes árabes oficiales que no hicieron nada ante una larga serie de sufrimientos, donde no hicieron para liberarlos.

El mensaje más destacado está inspirado en la historia, y es que la libertad la alcanza quien la busca, y que es un derecho que su dueño excava con sudor y sangre de las profundidades de la tierra, y de él respira una vida nace con libertad.

Los héroes del Túnel de la Libertad lograron devolver al primer plano la cuestión de los prisioneros palestinos como cuestión humanitaria y llamar la atención del mundo sobre el sufrimiento de más de seis mil prisioneros palestinos que languidecen tras las rejas de la ocupación y sometidos a las más atroces violaciones sistemáticas.

Hay un impacto muy importante que consideraremos dos años después de la operación Túnel de la Libertad, y es que la cuestión de los prisioneros ha entrado de hecho en las ecuaciones de la resistencia palestina, y la resistencia ahora ha vinculado su cuestión con Al Aqsa, como dos cuestiones centrales entre las constantes nacionales palestinas. Esta ecuación se ve reforzada aún más por la resistencia que amenaza repetidamente con que la cuestión de los prisioneros será el relámpago que desencadenará una gran confrontación con la ocupación.

Los héroes de la Operación Túnel de la Libertad siguen a punto de alcanzar la libertad, y la historia demuestra que los prisioneros palestinos libraron muchas batallas en las que obtuvieron grandes victorias, y la Operación Túnel de la Libertad no será la última.