Protestas en Puerto Rico son el resultado del rechazo popular a décadas de dependencia de los EE.UU.
The New York Times considera que las protestas no solo se deben a la filtración de los mensajes, sino que responden también a un rechazo hacia las décadas de malos manejos por parte de líderes que siempre han parecido beneficiarse mientras los puertorriqueños siguen sufriendo.
La capital de Puerto Rico, San Juan, se ha convertido en el escenario de múltiples protestas. Un creciente número de manifestantes han marchado por las calles y se han reunido en La Fortaleza, la residencia oficial del gobernador Ricardo A. Rosselló, donde escuadrones de policías, con equipo antimotines, han usado gases lacrimógenos, aerosoles de pimienta y balas de goma contra las multitudes.
Cuenta de The New York Times (NYT) que la chispa se encendió el sábado 13 de julio con la publicación de cientos de páginas de mensajes de chat, vulgares y a menudo soeces, entre Rosselló y 11 hombres de su círculo cercano.
Además de resultar ofensivos, la fuente considera que los chats revelaron la cercana relación entre Rosselló y ex miembros de su personal que ahora representan intereses especiales.
Indignados, los puertorriqueños salieron a las calles y han protestado todos los días desde entonces.
Por otro lado, considera que las protestas no solo se deben a la filtración de los mensajes, sino que responden también a un rechazo hacia las décadas de malos manejos por parte de líderes que siempre han parecido beneficiarse mientras los puertorriqueños siguen sufriendo.
Precisa que los agravios se han acumulado durante los 12 años que lleva la recesión económica, una crisis de deuda que ha causado despidos y recortes en los servicios públicos y la respuesta fallida ante el huracán María.
A juicio de The New York Times, los mensajes de chat y los arrestos de seis personas vinculadas al gobierno de Rosselló a principios de este mes fueron la última gota que derramó el vaso para muchos puertorriqueños, que dijeron que no podían seguir tolerando la burla, la vulgaridad y la corrupción, real o percibida, de los líderes que deberían estar luchando por ellos en Washington y San Juan.
Entre las exigencias de los manifestantes está librarse de Rosselló y de la junta de supervisión que creó el congreso estadounidense, sin la participación del electorado, para administrar las finanzas del gobierno de la isla, que les debe a sus acreedores más de lo que puede pagar.
Según NYT, mientras Puerto Rico batalla para resolver su crisis de la deuda, las autoridades han implementado una serie de medidas impopulares como el despido de miles de trabajadores gubernamentales, además se han producido cortes en los servicios, han aumentado los costos de la matrícula y muchas escuelas han cerrado.
Si bien es recurrente en las manifestaciones las pancartas de: "Ricky, renuncia, y llévate a la junta", apunta The New York Times, Rosselló, cuyo mandato termina en 2020, dijo el jueves 18 de julio que no tenía intenciones de renunciar. Pero ya hay muchas negociaciones en torno a una transición en San Juan y algunos políticos han hablado de un juicio político contra Rosselló.
Los líderes legislativos le han pedido a un panel de juristas que emitan recomendaciones sobre la posibilidad de formular cargos para un juicio político.
Pero hay un problema. Puerto Rico no tiene vicegobernador para suceder a Rosselló. El secretario de Estado es quien puede asumir las funciones del gobernador, pero actualmente ese cargo está vacante y quien tiene el poder de nombrarlo es Rosselló, aunque su nominado deberá ser aprobado por la legislatura de la isla.
De todas maneras, los líderes del Partido Nuevo Progresista, el partido en el poder, se han apresurado a encontrar un candidato.
Así las cosas, si no hay secretario de Estado, podría ser designada la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced, pero existen poderosos líderes legislativos de su partido que no parecen interesados en que eso suceda, concluye The New York Times.