Wikileaks alertó sobre el deterioro de la salud de su fundador, Julian Assange, quien según el portal digital fue trasladado al hospital de la prisión donde cumple una sentencia impuesta por la justicia británica.
En un comunicado difundido a través de la red social Twitter, la plataforma mediática aseguró que en las siete semanas que lleva encarcelado en Belmarsh, sudeste de Londres, el periodista australiano ha perdido peso "de forma dramática".
El texto, citado por la agencia Prensa Latina, recuerda a su vez que Assange entró a la cárcel británica en abril pasado con su salud bastante deteriorada, como resultado de los siete años que estuvo refugiado en la embajada de Ecuador en la capital del Reino Unido, bajo condiciones, afirma, que eran incompatibles con los derechos humanos básicos.
El ciberactivista fue arrestado el 11 de abril pasado por agentes de Scotland Yard dentro de la legación diplomática ecuatoriana después que el gobierno del país suramericano decidió retirarle el estatus de asilado político otorgado en 2012.
Presentado ante una corte británica, fue condenado a 50 semanas de cárcel por violar los términos de una fianza que le concedió en 2010, en relación con una orden de detención circulada entonces por Suecia, donde es investigado por presuntos delitos sexuales.
Además de estar requerido por la justicia sueca, Assange enfrenta una orden de extradición cursada por el gobierno de Estados Unidos, que quiere juzgarlo por difundir a través del portal digital centenares de miles de archivos secretos de la diplomacia y los militares norteamericanos.
De ser enviado a territorio estadounidense, el periodista australiano sería enjuiciado bajo la Ley de Espionaje, y de ser hallado culpable de los 17 cargos en su contra, podría ser condenado a 175 años de prisión.
La segunda audiencia -programada para este jueves- sobre la petición de extradición a Estados Unidos, en la que al igual que en la anterior, Assange debía comparecer a través de una videoconferencia desde Belmarsh, fue aplazada para junio.

El abogado advirtió que la salud de su defendido está tan comprometida que le es imposible mantener una conversación normal.