Informe de la OPAQ pone en tela de juicio conclusiones sobre ataque químico en ciudad siria de Duma
El académico británico Piers Robinson, integrante de ese Grupo de Trabajo, señaló que la OPAQ no desmiente la veracidad de este documento, pero en vez de hacer uso del informe interno de sus ingenieros, por alguna razón en la versión final incluyó resultados de análisis de "organizaciones oscuras, sin nombres, anónimas", lo que genera preguntas sobre quién está exactamente detrás de las conclusiones publicadas.

Un informe elaborado por ingenieros de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) contradice las conclusiones del organismo de la ONU sobre lo que pasó en la ciudad siria de Duma (Guta Oriental) en abril de 2018 y genera preguntas sobre la existencia de una presión política por parte de EE.UU., Reino Unido y Francia, asegura un reporte de Rusia Today.
En su documento final sobre el ataque del 7 de abril en Duma, publicado en marzo de este año, la OPAQ descartó el uso de sarín, pero sí estableció que hubo un ataque con una sustancia tóxica y que el químico utilizado "contenía cloro reactivo" y "probablemente era cloro molecular".
El organismo afirmó que el cloro reactivo "posiblemente" estaba en dos cilindros industriales y sugirió que los mismos fueron lanzados desde el aire, ya que en el techo de los edificios en los que los hallaron había aperturas consistentes con la forma de los recipientes.
El informe citó a los "expertos" externos sin especificar sus nombres, ni las entidades con las que estaban vinculados, y no incluyó datos de otro informe, que fue fruto de investigación de los ingenieros de la propia OPAQ y que genera más preguntas sobre las conclusiones oficiales.
Según el material, "existe una mayor probabilidad" de que ambos cilindros de gas utilizados en el ataque "fueron colocados manualmente en aquellas dos ubicaciones en lugar de ser arrojados desde las aeronaves".
Esto implica que, si bien a diferencia del Gobierno sirio los milicianos no tenían su propia aviación para poder lanzar los cilindros por el aire, no se puede descartar que los podían colocar de manera manual.
"Las dimensiones, características y el aspecto de los cilindros y del entorno de los incidentes fueron inconsistentes con lo que habría que esperar en el caso de que cualquiera de los cilindros hubiera sido arrojado desde una aeronave", concluyeron los ingenieros.
El académico británico Piers Robinson, integrante de ese Grupo de Trabajo, señaló que la OPAQ no desmiente la veracidad de este documento, pero en vez de hacer uso del informe interno de sus ingenieros, por alguna razón en la versión final incluyó resultados de análisis de "organizaciones oscuras, sin nombres, anónimas", lo que genera preguntas sobre quién está detrás de los resultados publicados.
"El informe final de la Misión de Investigación de la OPAQ no fue aprobado. No pusieron el nombre de nadie ahí. Es muy inusual para los informes finales de la OPAQ", indicó al medio de prensa.