Una investigación divulgada por la Organización No Gubernamental de Derechos humanos B’Tselem, indica que el ejército israelí destruyó pruebas relacionadas con la muerte de un palestino que fue asesinado a tiros por colonos sionistas a principios de este mes en el norte de la ocupada Cisjordania, y que propagó una versión engañosa de lo sucedido.

Las fuerzas del régimen dijeron entonces que Muhamad Abdel Fattah, de 23 años, perdió la vida a tiros el 3 de abril después que intentara atacar a un colono israelí en un automóvil, quien luego le disparó en defensa propia.

Pero los testigos dijeron a B’Tselem que Abdel Fattah, de hecho, había estado tirando piedras a los automóviles israelíes que conducían cerca de la aldea palestina de Huwwara, en Nablus (en Cisjordania), cuando un colono se detuvo después que una piedra chocara contra su vehículo.

De acuerdo con B’Tselem, el colono le disparó dos tiros a Abdel Fattah cuando aún estaba en su auto antes de salir y disparar “varios tiros más”.

Un camión que conducía por la carretera también se detuvo y el conductor salió. Se acercó al colono, y los dos hombres dispararon varios tiros más contra él, que estaba herido en el suelo.

“Minutos después que los dos colonos abrieran fuego, los jeeps militares israelíes llegaron a la escena y los soldados usaron granadas de aturdimiento para dispersar a la multitud que había comenzado a reunirse (…) Inmediatamente después, unos ocho soldados entraron en dos tiendas cercanas para revisar sus cámaras de seguridad”, según B’Tselem.

El palestino sucumbió a sus heridas en el hospital. Según informes, otro palestino que trabajaba en una tienda cercana también fue alcanzado por una bala en el abdomen.

Conforme a los testigos, los soldados israelíes filmaron las imágenes de la cámara de seguridad en sus teléfonos móviles antes de borrar el vídeo de las mismas en las tiendas.

En la jornada también trascendió que las fuerzas militares de (Israel) reprimieron brutalmente a decenas de estudiantes palestinos en la ocupada Cisjordania.

Según vídeos, el acto represivo se produjo en la aldea de Urif, ubicada en la ciudad de Nablus, en Cisjordania.

Medios palestinos informaron que los militares israelíes allanaron una escuela de educación secundaria y lanzaron bombas de gas lacrimógeno contra los estudiantes allí presentes, quienes de inmediato empezaron a mostrar los síntomas propios de haber inhalado el tóxico.

Conforme a las fuentes consultadas, pese a que los estudiantes fueron auxiliados de inmediato, varios de ellos tuvieron que ser trasladados a un centro médico local para recibir el debido tratamiento.