El presidente libanés, Michel Aoun, expresó al enviado especial de la ONU a Siria, Geir Pedersen, que su país ya no puede soportar las consecuencias del desplazamiento sirio, y subrayó la necesidad de trabajar para devolver a los refugiados sirios a las zonas seguras.

Aoun enfatizó a Pedersen que muchos países participaron en la guerra contra Siria y querían que El Líbano asumiera las consecuencias.

Agregó que si esos países hubieran asignado el 10 por ciento del costo de esta guerra, habrían ayudado a resolver los problemas humanitarios de los desplazados.

Señaló que "durante los años de la guerra siria, El Líbano no rechazó a ningún sirio desplazado por razones humanitarias, pero hoy ya no es necesario porque Siria comenzó a restablecer la seguridad y la estabilidad, a excepción de pequeños bolsillos periodistas".

Aoun renovó su llamamiento para que las Naciones Unidas y los países donantes "brinden asistencia a los sirios que regresan a su país, especialmente porque hay áreas de Siria que no han sido destruidas, para que sus habitantes puedan regresar". Más de 172 mil sirios han retornado de El Líbano.

Por su parte, Pederson expresó nuevamente su alegría por su presencia en El Líbano, y apreció "lo que este país ofrece por la paz y sus logros".

A su vez, expresó "la gratitud de las Naciones Unidas por la asistencia prestada por El Líbano a los sirios desplazados", y señaló que "una de las tareas que se le asignaron fue trabajar por una solución política al conflicto en Siria".

Pedersen presentó a Aoun los contactos que había hecho con los funcionarios sirios en Damasco y la oposición siria en Riad, con la esperanza de "lograr resultados positivos que restituyan la seguridad y la estabilidad en Siria".

"Las Naciones Unidas apoyará a El Líbano en todas las áreas para que pueda enfrentar los desafíos actuales", afirmó.