El gobierno de México reiteró su rechazo a una imposición de Estados Unidos para que se declare Tercer País Seguro y reciba a los migrantes de Centroamérica que siguen en la frontera en un limbo legal.

La semana pasada el presidente Donald Trump declaró a México como país seguro que recibiría a los centroamericanos, que calificó de congelados porque las autoridades de migración norteamericanas no les daban respuesta a sus peticiones de asilo, y en ese mismo momento México desmintió que existiera un acuerdo de tal naturaleza.

El encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Ciudad de México volvió a enviar a la cancillería una comunicación referida una sección de un acta de inmigración exclusiva de Estados Unidos insistiéndole a México que adopte esa resolución y acepte a los migrantes varados en la frontera común.

Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard declaró que la aplicación de la sección del acta de inmigración y nacionalidad de los Estados Unidos es un asunto interno de ese país.

Ratificó que el gobierno de México tomará las medidas pertinentes en apego al marco jurídico al respecto, y solicitará a las autoridades estadounidenses mayor información sobre su propuesta de retorno de personas con un citatorio para comparecer en una corte de los Estados Unidos de una manera ordenada y segura.

Señaló que ese diálogo y sus alcances deberán sujetarse al marco internacional y a la legislación de cada país, y "estaremos informando puntualmente su contenido y características", agregó.

Reiteró que México no ha aceptado en ninguna condición, ni de jure ni de facto, el estatus de Tercer País Seguro para personas que ingresen a su territorio buscando acceder al de los Estados Unidos.

Un acuerdo de Tercer País Seguro es un compromiso internacional con carácter vinculante suscrito por medio de un tratado bilateral. México no acepta ni aceptará firmar un tratado que lo ponga en esas circunstancias, añadió el Canciller.