En la ceremonia, organizada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), la trabajadora Julia Hautrive, testigo de la explosión que causó la muerte al joven italiano, rememoró lo ocurrido y lamentó los actos terroristas perpetrados contra Cuba durante décadas.

Fabio fue una víctima más del odio de quienes planeaban, a cualquier precio, revertir el proceso revolucionario en Cuba, expresó.

Ese crimen -afirmó Hautrive- formó parte de un plan que buscaba crear pánico y ahuyentar al turismo que llegaba a la isla, pero ni eso permitió que el mundo nos alejara.

El pueblo y el gobierno cubanos continuarán reclamando justicia por las víctimas del terrorismo alentado y financiado por Estados Unidos, para hacer justicia por las tantas vidas destruidas, remarcó.

Por su parte, Marco Papacci, vicepresidente de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba, lamentó estos 21 años de injusticia al recordar que Luis Posada Carriles, autor confeso de este y otros actos terroristas contra Cuba, murió impune en Estados Unidos en mayo último.

Junto a la pequeña tarja dedicada a Fabio también se evocó la memoria de Giustino Di Celmo, su padre, quien dedicó los últimos años de su vida a condenar el terrorismo contra la nación caribeña, donde permaneció hasta su fallecimiento en 2015.

El homenaje forma parte de la apertura de la jornada Tenemos memoria, solidaridad contra del bloqueo y el terrorismo, y abre paso a numerosas actividades de condena previstas dentro y fuera de la isla que se extenderán hasta el 6 de octubre, establecido como Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado.