Créalo o no lo crea: El Mosad, la máquina asesina
La noticia parece irreal, pero no. El Mosad, la agencia de Inteligencia de Israel, llevó a cabo unas 800 operaciones en la última década, y el país hebreo se ha convertido en líder mundial de asesinatos

La noticia parece irreal, pero no. El Mosad, la agencia de Inteligencia de Israel, llevó a cabo unas 800 operaciones en la última década, y el país hebreo se ha convertido en líder mundial de asesinatos.
Los agentes secretos de la agencia sionista han matado a más personas que los de cualquier otro país desde la Segunda Guerra Mundial, dice el periodista israelí Ronen Bergman.
En su nuevo libro Levántate y mata primero: La historia secreta de los asesinatos selectivos de Israel, publicado en febrero de este año, Bergman relata los supuestos actos brutales perpetrados por el servicio de Inteligencia del país.
El columnista e historiador británico Dominic Sandbrook recoge en un artículo para Daily Mail la historia del asesinato del fundador del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Wadie Haddad, descrito en el libro.
Haddad había figurado en la lista negra israelí desde hacía muchos años, pero se mantuvo con vida hasta que un agente del Mosad cambió su tubo con pasta dentífrica, poniéndole otro con veneno dentro, relata el libro deBergman.
Ese veneno, elaborado en un laboratorio secreto cerca de Tel Aviv, hizo que Haddad muriera lentamente.
Como resultado de esos centenares de operaciones en los últimos 10 años, perdieron la vida miles de personas, por lo que El Mosad lo identifican como “la máquina asesina secreta más eficaz del mundo”.
Otro pasaje del libro de Bergman citado por el artículo de Sandbrook, relata que el Mosad incluso recurrió a la ayuda de psicólogos con el objetivo de “hipnotizar” a personas para alcanzar ciertos fines.
Este fue el caso de un prisionero palestino al que un psicólogo sueco contratado por la agencia intentó lavarle el cerebro para que matara a Yasser Arafat, exlíder de la Organización para la Liberación de Palestina.
Siempre según el libro de Bergman, el psicólogo repetía las mismas palabras al prisionero durante tres meses: que Arafat era “malo” y “debía ser eliminado”. Al mismo tiempo, el palestino era entrenado para disparar contra imágenes del líder palestino en una habitación especial.
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, el prisionero no actúo como supuestamente debía y, por el contrario, acusó al Mosad ante la Policía de intentar lavarle el cerebro.
Bergman repasa numerosas operaciones exitosas realizadas por el Mosad, entre ellas, la que acabó con la vida Mahmoud al-Mabhouh, un alto militar de Hamás, quien fue envenenado en Dubái con un instrumento ultrasonido de alta tecnología que ni siquiera hirió su piel.
Asimismo, describe múltiples asesinatos por parte de oficiales británicos, que en tiempos en que Jerusalén era parte de Palestina gobernada por el Reino Unido en 1944 trataban de frenar las tensiones entre israelíes y palestinos.
Bergman tampoco oculta el hecho de que, en algunas oportunidades, agentes del Mosad mataron por "error" a personas inocentes.
En ese sentido, la Inteligencia organizó una operación en Noruega que tenía como objetivo eliminar a Ali Hassan Salameh, jefe del grupo terrorista Septiembre Negro, responsable de la masacre de Múnich de 1972.
No obstante, en vez de Salameh, los agentes mataron a una persona equivocada: un camarero que se encontraba en una calle con su esposa embarazada.