“Lo conozco de toda una vida. El vicepresidente Jorge Glas es una persona que no roba y no deja robar. Por eso uno se gana enemigos”, enfatizó el exmandatario en una entrevista concedida a CNN en español.

De acuerdo con Correa, las acusaciones contra Glas son una vulgar persecución política, lo mismo que usaron Dilma Rousseff en Brasil, sobre la base de cargos de corrupción en una medida que muchos llamaron un golpe institucional.

Glas ingresó la madrugada del lunes en prisión en Quito por su presunta relación con la constructora brasileña Odebrecht. Dos días más tarde, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, designó a la ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, María Alejandra Vicuña, en su lugar, empeorando así la brecha política en el movimiento Alianza País.

Correa denunció que ha sido traicionado por Moreno y lo acusó de desviarse de la formación izquierdista tras tomar el control del país y acercarse a la oposición ecuatoriana.

El fundador de Alianza País agregó que Moreno lo había engañado durante diez años como un estrecho aliado político, que sirvió en su Gobierno sólo para convertirlo en un “lobo vestido de oveja” una vez asumiendo el poder por sí mismo.

De igual modo, rechazó los rumores de que defiende la inocencia de Glas en un posible intento de ocultar sus propios vínculos con el caso de corrupción de Odebrecht. “Es pura politiquera”, dijo. 

Argumentó que no se debe manchar la honra de una persona por tener adversarios políticos.