Ejército sirio y Hizbulah recuperan nuevos territorios en Raqqa
El Ejército sirio y combatientes aliados de Hizbulah recuperaron territorios que estaban en poder del grupo terrorista Daesh, en el sureste de la ciudad norteña de Raqqa.
Los avances hacia el límite provincial entre Raqqa y Deir Ezzor se produjeron el sábado por la noche y a consecuencia las referidas fuerzas recuperaron el control de un yacimiento petrolífero en el área de Sabkha.
Según observadores, este avance de las fuerzas sirias se considera sin precedentes en esa zona, aledaña a un territorio controlado por las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos.
Los choques registrados el mes pasado entre el Ejército sirio y las FDS elevaron la tensión entre Washington y Damasco.
En muchos casos, los aviones de guerra de la llamada coalición anti-Daesh bombardearon las posiciones del Ejército sirio y sus aliados, alegando que luchaban contra los elementos terroristas. Al-Tanf, un cruce clave en la frontera con Irak, fue una de las zonas en las que las fuerzas de la Resistencia fueron blanco de ataques.
En el norte de Siria, uno de los campos de batalla más complicados del país, grupos armados apoyados por Turquía también están luchando contra las fuerzas kurdas, respaldadas por EE.UU., para controlar algunas áreas a lo largo de la frontera, un enfrentamiento que amenaza con distraer la lucha contra los terroristas de Daesh.
Las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo, que forman la mayor parte de las FDS, controlan gran parte del noreste de Siria.
A su vez, el Gobierno sirio tacha de ilegal’ la presencia de las fuerzas extranjeras o sus fuerzas títeres, y asegura que las mismas, respaldadas financiera y logísticamente por Washington, no solo han complicado la situación del país, sino que han obstaculizado el logro de cualquier salida a la crisis a través de reforzar una guerra subsidiaria.
Según observadores, este avance de las fuerzas sirias se considera sin precedentes en esa zona, aledaña a un territorio controlado por las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos.
Los choques registrados el mes pasado entre el Ejército sirio y las FDS elevaron la tensión entre Washington y Damasco.
En muchos casos, los aviones de guerra de la llamada coalición anti-Daesh bombardearon las posiciones del Ejército sirio y sus aliados, alegando que luchaban contra los elementos terroristas. Al-Tanf, un cruce clave en la frontera con Irak, fue una de las zonas en las que las fuerzas de la Resistencia fueron blanco de ataques.
En el norte de Siria, uno de los campos de batalla más complicados del país, grupos armados apoyados por Turquía también están luchando contra las fuerzas kurdas, respaldadas por EE.UU., para controlar algunas áreas a lo largo de la frontera, un enfrentamiento que amenaza con distraer la lucha contra los terroristas de Daesh.
Las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo, que forman la mayor parte de las FDS, controlan gran parte del noreste de Siria.
A su vez, el Gobierno sirio tacha de ilegal’ la presencia de las fuerzas extranjeras o sus fuerzas títeres, y asegura que las mismas, respaldadas financiera y logísticamente por Washington, no solo han complicado la situación del país, sino que han obstaculizado el logro de cualquier salida a la crisis a través de reforzar una guerra subsidiaria.