Tillerson: El destino del líder sirio Bashar Al-Assad está ahora en manos de Rusia
El secretario de Estado Rex Tillerson dijo al secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, durante una reunión privada en el Departamento de Estado la semana pasada, que el destino del líder sirio Bashar Al-Assad está ahora en manos de Rusia y que la prioridad del gobierno Trump se limita a derrotar a los terroristas de Daesh, según informaron fuentes diplomáticas familiarizadas con el intercambio.

Las garantías de Tillerson a Guterres señalaron la creciente disposición del gobierno de Trump de permitir que Rusia tomara el asiento del conductor en Siria, para centrarse en la derrota de Daesh.
También señaló que la acción militar estadounidense contra las fuerzas de Al Assad en los últimos meses tiene como objetivo lograr sólo objetivos tácticos limitados -desestimando futuros ataques con armas químicas y protegiendo a las fuerzas estadounidenses que combaten a Daesh en Siria- y no debilitar el gobierno de Al Assad o fortalecer las negociaciones intersirias.
La posición de Tillerson refleja el reconocimiento de que el gobierno sirio, respaldado por Rusia e Irán, está emergiendo como el probable vencedor político en la guerra civil de seis años.
A juicio de expertos, también marca un nuevo retroceso del Comunicado de Ginebra de 2012, firmado por Rusia, Estados Unidos y otras potencias claves, que pidió el establecimiento de un gobierno de transición con miembros del gobierno y la oposición sirias.
El pacto de Ginebra, según la administración Obama y otros aliados occidentales, debía resultar en la salida de Al Assad del poder.
Un funcionario del Departamento de Estado se negó a comentar la discusión privada de Tillerson con Guterres, pero insistió en que los Estados Unidos siguen comprometidos con el proceso de Ginebra y apoya un proceso político creíble que puede resolver la cuestión del futuro de Siria.
"El pueblo sirio debe determinar el futuro político de su país a través de un proceso político", añadió el funcionario.
La decisión de EE.UU. de ceder terreno a Rusia sobre la cuestión del futuro de Al Assad se produce momentos antes de la primera reunión cara a cara entre Trump y Putin, al margen de la Cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania, y también cuando la dministración Trump está tratando de reparar las relaciones con el Kremlin a pesar de una serie de escándalos que han plagado a la Casa Blanca desde la elección de Trump.
Tillerson dijo a principios de este mes que Trump le encargó reparar la relación quebrada entre Estados Unidos y Rusia.
El secretario de Estado también advirtió al Congreso que las nuevas sanciones contra Rusia por su supuesto papel en interferir en las elecciones estadounidenses podrían socavar los esfuerzos para cooperar con Moscú en Siria.
También señaló que la acción militar estadounidense contra las fuerzas de Al Assad en los últimos meses tiene como objetivo lograr sólo objetivos tácticos limitados -desestimando futuros ataques con armas químicas y protegiendo a las fuerzas estadounidenses que combaten a Daesh en Siria- y no debilitar el gobierno de Al Assad o fortalecer las negociaciones intersirias.
La posición de Tillerson refleja el reconocimiento de que el gobierno sirio, respaldado por Rusia e Irán, está emergiendo como el probable vencedor político en la guerra civil de seis años.
A juicio de expertos, también marca un nuevo retroceso del Comunicado de Ginebra de 2012, firmado por Rusia, Estados Unidos y otras potencias claves, que pidió el establecimiento de un gobierno de transición con miembros del gobierno y la oposición sirias.
El pacto de Ginebra, según la administración Obama y otros aliados occidentales, debía resultar en la salida de Al Assad del poder.
Un funcionario del Departamento de Estado se negó a comentar la discusión privada de Tillerson con Guterres, pero insistió en que los Estados Unidos siguen comprometidos con el proceso de Ginebra y apoya un proceso político creíble que puede resolver la cuestión del futuro de Siria.
"El pueblo sirio debe determinar el futuro político de su país a través de un proceso político", añadió el funcionario.
La decisión de EE.UU. de ceder terreno a Rusia sobre la cuestión del futuro de Al Assad se produce momentos antes de la primera reunión cara a cara entre Trump y Putin, al margen de la Cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania, y también cuando la dministración Trump está tratando de reparar las relaciones con el Kremlin a pesar de una serie de escándalos que han plagado a la Casa Blanca desde la elección de Trump.
Tillerson dijo a principios de este mes que Trump le encargó reparar la relación quebrada entre Estados Unidos y Rusia.
El secretario de Estado también advirtió al Congreso que las nuevas sanciones contra Rusia por su supuesto papel en interferir en las elecciones estadounidenses podrían socavar los esfuerzos para cooperar con Moscú en Siria.