Guerra israelí-norteamericana contra Hizbulah e Irán
Algunos expertos consideran que no es de extrañar que los círculos árabes contrarios a Hizbulah e Irán difundan noticias sobre una futura guerra israelí-norteamericana.

Para Ali Chehab, del Portal Líbano 24, las palabras atribuidas por la prensa al canciller saudita, Adel al-Jubeir, en su reciente visita a Bagdad, sobre una futura guerra que llevará a cabo por Washington y Tel Aviv contra Irán y Hizbulah, puede ser un tema comprensible si se tiene en cuenta las alianzas de la región y la dinámica de sus conflictos.
Según un informe, últimamente la cuestión de la guerra encabeza las preocupaciones en Israel. Para quien que las nieguen puede basarse en un análisis político racional sobre el interés de Israel y de Estados Unidos en llevar a cabo una guerra más contra Hizbulah e Irán en Siria. Por lo tanto, no hay necesidad de entrar en una guerra directa, siempre y cuando que Siria se desgaste.
No obstante, -estima Chehab- cuando se habla de esta guerra las mayores consideraciones van hacia un callejón sin salida para Israel con respecto a Hizbulah, pues este último acumula una gran capacidad militar, que ha alterado a su favor el balance hacia la disuasión de una supuesta guerra que aún no ha ocurrido.
La discusión sobre la pretendida guerra no se ha detenido un día tanto en los niveles políticos como militares del régimen israelí, pero los enfoques del tema son diferentes atendiendo a consideraciones y novedades que se cruzan para proporcionar un entorno hostil adecuado a Tel Aviv.
Esas consideraciones pueden ser por un lado, la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y el desvió de la dirección de la brújula de la crisis de Siria hacia el eje de la resistencia al nivel de la política y en el terreno de la operaciones militares, y por otro, la tensión turca-iraní a cambio del acercamiento turco-israelí, y el aumento de la inmunidad político libanés de Hizbulah con la llegada a la presidencia del General Michel Aoun.
Chehab une a esas consideraciones, el discurso de "Dimona" pronunciado por el líder de Hizbulah, Seyyed Hassan Nasrallah, con las palabras de la Guardia Revolucionaria iraní, sobre la identificación de todos los objetivos importantes en Israel en una idea central: "La resistencia tiene la capacidad de golpear las instalaciones importantes y causar un daño grave que podría cambiar la forma y el resultado de cualquier supuesta guerra, a pesar de todos los preparativos y precauciones israelíes".
En cuanto a Irán, los cálculos son aún más complicados para Washington y Tel Aviv.
Lo que dijo Al Jubeir sobre la guerra contra Irán no es más que chisme mediático y una política, cuyas razones son comprensibles, pero en lo que respecta a su charla acerca de una guerra contra Hizbulah, el papel sirio aún no se ha perdido para que Israel pase a otro papel, a pesar de su continuo esfuerzo de imponer nuevas ecuaciones es un acto cuidadosamente supervisado por los círculos militares y de seguridad de la resistencia.
Según un informe, últimamente la cuestión de la guerra encabeza las preocupaciones en Israel. Para quien que las nieguen puede basarse en un análisis político racional sobre el interés de Israel y de Estados Unidos en llevar a cabo una guerra más contra Hizbulah e Irán en Siria. Por lo tanto, no hay necesidad de entrar en una guerra directa, siempre y cuando que Siria se desgaste.
No obstante, -estima Chehab- cuando se habla de esta guerra las mayores consideraciones van hacia un callejón sin salida para Israel con respecto a Hizbulah, pues este último acumula una gran capacidad militar, que ha alterado a su favor el balance hacia la disuasión de una supuesta guerra que aún no ha ocurrido.
La discusión sobre la pretendida guerra no se ha detenido un día tanto en los niveles políticos como militares del régimen israelí, pero los enfoques del tema son diferentes atendiendo a consideraciones y novedades que se cruzan para proporcionar un entorno hostil adecuado a Tel Aviv.
Esas consideraciones pueden ser por un lado, la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y el desvió de la dirección de la brújula de la crisis de Siria hacia el eje de la resistencia al nivel de la política y en el terreno de la operaciones militares, y por otro, la tensión turca-iraní a cambio del acercamiento turco-israelí, y el aumento de la inmunidad político libanés de Hizbulah con la llegada a la presidencia del General Michel Aoun.
Chehab une a esas consideraciones, el discurso de "Dimona" pronunciado por el líder de Hizbulah, Seyyed Hassan Nasrallah, con las palabras de la Guardia Revolucionaria iraní, sobre la identificación de todos los objetivos importantes en Israel en una idea central: "La resistencia tiene la capacidad de golpear las instalaciones importantes y causar un daño grave que podría cambiar la forma y el resultado de cualquier supuesta guerra, a pesar de todos los preparativos y precauciones israelíes".
En cuanto a Irán, los cálculos son aún más complicados para Washington y Tel Aviv.
Lo que dijo Al Jubeir sobre la guerra contra Irán no es más que chisme mediático y una política, cuyas razones son comprensibles, pero en lo que respecta a su charla acerca de una guerra contra Hizbulah, el papel sirio aún no se ha perdido para que Israel pase a otro papel, a pesar de su continuo esfuerzo de imponer nuevas ecuaciones es un acto cuidadosamente supervisado por los círculos militares y de seguridad de la resistencia.