Ante todo Medvedev aclaró que Rusia tiene el propósito de mantener la lucha contra el dopaje en el deporte, pero una cosa es eso, afirmó, y otra es tomar esos propósitos como pretexto para atacar a este país por determinadas posiciones políticas.

Hay una campaña antirrusa cuando nos acusan de que el estado participa en el doping de nuestros atletas, comentó el primer ministro en su encuentro anual con medios de prensa nacionales.

Las decisiones de algunas organizaciones internacionales no siempre se guían por la verdadera lucha contra el doping, como lo es ahora el caso de la suspensión de las competencias de Bobsleigh y Skeleton en Sochi, consideró el jefe de Gobierno.

Debemos ver que en los acuerdos exista un punto sobre las obligaciones de todos los firmantes para realizar las competencias, incluidas las respectivas compensaciones en caso de suspensiones, consideró el primer ministro.

Vamos a limpiar del dopaje al deporte ruso, pero vemos como la lucha antidoping se convirtió en una campaña antirrusa. De hecho, nos dijeron que se iba a utilizar contra Rusia por la situación política actual, subrayó.

Comentó que primero 'quitaron a gran parte de los deportistas nuestros de las Olimpiadas de Río de Janeiro, aunque finalmente pudieron ir muchos y felicitamos a nuestros atletas por la actuación'.

Pero luego el veredicto de suspensión fue totalmente amoral en el caso de nuestros paralímpicos, pues ellos viven todo el tiempo bajo medicación, afirmó.

Entonces de lo que realmente se trata es de una lucha contra quienes pueden significar un desafío para otros en ese tipo de competencia, en ese deporte en el que Rusia es fuerte, señaló.

Será necesario definir claramente qué sustancia se tiene en cuenta como doping, porque en su tiempo un preparado en Occidente quedaba fuera de la lista y uno soviético para tratar la misma enfermedad si era incluido, recordó.