Raúl Castro: Ante tu presencia Fidel, juramos defender la Patria y el Socialismo
Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba o lo que es lo mismo, garantizar independencia y soberanía de la patria, afirmó el presidente cubano, Raul Castro Ruz, al clausurar el acto político en la plaza de la Revolución mayor general Antonio Maceo Grajales, en Santiago de Cuba.

Raúl informó que las cenizas del líder de la Revolución cubana serán depositadas este domingo en el cementerio de Santa Ifigenia en una sencilla ceremonia, muy cerca de donde reposan los restos de José Martí, y sus compañeros del Moncada, del Granma, del Ejército Rebelde, de la clandestinidad y de las misiones internacionalistas.
También descansará Fidel a unos pasos de Carlos Manuel de Céspedes, y de Mariana Grajales, a quien Raúl denominó la madre de todos los cubanos y las cubanas; así como de Frank País, asesinado por la tiranía batistiana con solo 22 años, cuyas acciones revolucionarias en apoyo al desembarco del Granma y del naciente Ejército Rebelde, resaltó.
Agradeció las profundas muestras de afecto y respeto hacia el Comandante en Jefe, sus ideas y obra, que continúan llegando desde todos los confines del planeta.
Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, citó Raúl la frase martiana que guiaba a Fidel, para explicar que Fidel rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad, y por ello insistió en que su nombre nunca fuera utilizado para denominar instituciones, calles, plazas u otros espacios públicos, ni erigirle monumentos, bustos o estatuas.
Por tal motivo, se presentará al Parlamento una propuesta legislativa para que prevalezca su voluntad, anunció Raúl.
Recordó la heroica resistencia del pueblo durante los dramáticos años del periodo especial, cuando hubo una caída del 34, 8% del producto interno bruto, y grandes limitaciones en la alimentación, con los apagones y la paralización de la industria y el transporte, aunque se preservó la salud pública y la educación.
Rememoró los inicios del período especial, las reuniones que hubo, incluida la de occidente que presidió Fidel, de las cuales todos salieron convencidos de que con la fuerza e inteligencia de las masas cohesionadas, bajo la dirección del Partido, sí se podía, y se pudo convertir esa etapa en una nueva batalla victoriosa en la historia de la patria.
Entonces, pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer ante la adversidad y el reforzado cerco enemigo, sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución, dijo.
Fidel nos demostró -dijo- que si se podía llegar a las costas de Cuba en el yate Granma , resistir al enemigo, al hambre, la lluvia y el frío, organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra; que sí se podían abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de oriente con las columnas de Almeida y la suya, que sí se podía, con 300 fusiles, hacer la gran ofensiva de vencer a miles de soldados de la tiranía, que al ser derrotados el Che escribió que con esa victoria se había partido la columna vertebral al ejército de la tiranía.
Que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, derrocar con el respaldo de todo el pueblo a la tirania batistiana, derrotar en 72 horas y aún menos, la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir al mismo tiempo la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró, en 1961.
Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio, cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba tras las tropas de la brigada mercenaria, que sí se podía mantener con firmeza los principios irrenunciables de nuesta soberanía sin temer al chantaje nuclear de los Estados Unidos, en los días de la crisis de los misiles, en octubre de 1962.
Que sí se podía enviar ayuda solidaria a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo; derrotar a los racistas sudafricanos, salvando la integridad territorial de Angola y dar un duro golpe al régimen del apartheid.
Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, reducir la mortalidad infantil a las tasas mas bajas del tercer mundo primero, y del otro mundo rico, después, porque en este continente por lo menos, tenemos menos mortalidad infantil en menores de un año de edad que Canadá y los Estados Unidos.
Que sí se podía transformar a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología e insertarnos en el coto cerrado del comercio internacional de fármacos así como desarrollar el turismo pese al bloqueo norteamericano, construir pedraplenes en el mar, para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo obteniendo de nuestras bellezas naturales un mayor ingreso de divisas.
Fidel -afirmó- fue la muestra de que sí se puede resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo.
Ese es el Fidel invicto, que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empaño de construir el socialismo en cuba o lo que es lo mismo garantizar independencia y soberanía de la patria, recalcó Raúl, a cuyas palabras siguieron ovaciones de Sí se puede.
Ante las cenizas de Fidel, en la plaza de la Revolución mayor general Antonio Maceo Grajales, en la heroica ciudad de Santiago de Cuba y ante tu presencia Fidel, juramos defender la Patria y el Socialismo, dijo.
Juntos reafirmemos la sentencia del Titán de Bronce: “Quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha”, concluyó.
También descansará Fidel a unos pasos de Carlos Manuel de Céspedes, y de Mariana Grajales, a quien Raúl denominó la madre de todos los cubanos y las cubanas; así como de Frank País, asesinado por la tiranía batistiana con solo 22 años, cuyas acciones revolucionarias en apoyo al desembarco del Granma y del naciente Ejército Rebelde, resaltó.
Agradeció las profundas muestras de afecto y respeto hacia el Comandante en Jefe, sus ideas y obra, que continúan llegando desde todos los confines del planeta.
Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, citó Raúl la frase martiana que guiaba a Fidel, para explicar que Fidel rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad, y por ello insistió en que su nombre nunca fuera utilizado para denominar instituciones, calles, plazas u otros espacios públicos, ni erigirle monumentos, bustos o estatuas.
Por tal motivo, se presentará al Parlamento una propuesta legislativa para que prevalezca su voluntad, anunció Raúl.
Recordó la heroica resistencia del pueblo durante los dramáticos años del periodo especial, cuando hubo una caída del 34, 8% del producto interno bruto, y grandes limitaciones en la alimentación, con los apagones y la paralización de la industria y el transporte, aunque se preservó la salud pública y la educación.
Rememoró los inicios del período especial, las reuniones que hubo, incluida la de occidente que presidió Fidel, de las cuales todos salieron convencidos de que con la fuerza e inteligencia de las masas cohesionadas, bajo la dirección del Partido, sí se podía, y se pudo convertir esa etapa en una nueva batalla victoriosa en la historia de la patria.
Entonces, pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir y vencer ante la adversidad y el reforzado cerco enemigo, sin embargo, nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución, dijo.
Fidel nos demostró -dijo- que si se podía llegar a las costas de Cuba en el yate Granma , resistir al enemigo, al hambre, la lluvia y el frío, organizar un ejército revolucionario en la Sierra Maestra; que sí se podían abrir nuevos frentes guerrilleros en la provincia de oriente con las columnas de Almeida y la suya, que sí se podía, con 300 fusiles, hacer la gran ofensiva de vencer a miles de soldados de la tiranía, que al ser derrotados el Che escribió que con esa victoria se había partido la columna vertebral al ejército de la tiranía.
Que sí se podía repetir la epopeya de Maceo y Gómez, derrocar con el respaldo de todo el pueblo a la tirania batistiana, derrotar en 72 horas y aún menos, la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir al mismo tiempo la campaña para erradicar el analfabetismo en un año, como se logró, en 1961.
Que sí se podía proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio, cuando sus naves de guerra avanzaban hacia Cuba tras las tropas de la brigada mercenaria, que sí se podía mantener con firmeza los principios irrenunciables de nuesta soberanía sin temer al chantaje nuclear de los Estados Unidos, en los días de la crisis de los misiles, en octubre de 1962.
Que sí se podía enviar ayuda solidaria a otros pueblos hermanos en lucha contra la opresión colonial, la agresión externa y el racismo; derrotar a los racistas sudafricanos, salvando la integridad territorial de Angola y dar un duro golpe al régimen del apartheid.
Que sí se podía convertir a Cuba en una potencia médica, reducir la mortalidad infantil a las tasas mas bajas del tercer mundo primero, y del otro mundo rico, después, porque en este continente por lo menos, tenemos menos mortalidad infantil en menores de un año de edad que Canadá y los Estados Unidos.
Que sí se podía transformar a Cuba en un gran polo científico, avanzar en los modernos y decisivos campos de la ingeniería genética y la biotecnología e insertarnos en el coto cerrado del comercio internacional de fármacos así como desarrollar el turismo pese al bloqueo norteamericano, construir pedraplenes en el mar, para hacer de Cuba un archipiélago cada vez más atractivo obteniendo de nuestras bellezas naturales un mayor ingreso de divisas.
Fidel -afirmó- fue la muestra de que sí se puede resistir, sobrevivir y desarrollarnos sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo.
Ese es el Fidel invicto, que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empaño de construir el socialismo en cuba o lo que es lo mismo garantizar independencia y soberanía de la patria, recalcó Raúl, a cuyas palabras siguieron ovaciones de Sí se puede.
Ante las cenizas de Fidel, en la plaza de la Revolución mayor general Antonio Maceo Grajales, en la heroica ciudad de Santiago de Cuba y ante tu presencia Fidel, juramos defender la Patria y el Socialismo, dijo.
Juntos reafirmemos la sentencia del Titán de Bronce: “Quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha”, concluyó.