Rey de Bahrein ordenó matar a manifestantes en 2001, revela Lualua TV
El rey de Bahrein, Hamad bin Isa Al Jalifa, ordenó en 2011 matar a manifestantes con el objetivo de silenciar la voz de la oposición, informó la página digital Lualua TV.

Según ese portal, Al Jalifa ordenó a las fuerzas de seguridad matar a los opositores que protestaban en la plaza de Lula, en Manama, y aplicar mano dura contra toda movilización pacífica en el pequeño país del Golfo Pérsico.
El medio, que cita correos hackeados de la ex secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, reveló que el monarca pidió a asesores militares del fallecido rey saudita Abdolá bin Abdulaziz Al Saud que abrieran fuego contra los manifestantes.
Lualua TV añadió que las tropas sauditas, con el apoyo de las bahreiníes, dispararon contra los movilizados, en incidentes que provocaron la muerte de 12 civiles y dejaron heridas a más de 40 personas.
Las fuerzas bahreiníes, apoyadas por unidades de policía y tropas sauditas, destruyeron además monumentos históricos y religiosos significativos para la oposición y la mayoría chiita de la población del país.
Los documentos muestran que, entre 2010 y 2012, el Departamento de Estado de EE.UU. —dirigido por Clinton— aprobó la venta de armamento por valor de 630 millones de dólares al pequeño país del golfo Pérsico. En ese periodo, la venta de armas a Bahrein aumentó un 187 por ciento respecto al período 2006-2008.
Por su lado, la página Web estadounidense Al-Monitor afirmó que la pequeña monarquía desembolsó en 2015 más 855 mil dólares para evitar las más leves críticas de Washington por la masiva represión de la oposición bahreiní.
Organismos internacionales como las Naciones Unidas, junto con grupos pro derechos humanos, han exigido en reiteradas ocasiones al régimen bahreiní que ponga fin a la detención de musulmanes chiitas, así como a la persecución de clérigos y activistas políticos.
El medio, que cita correos hackeados de la ex secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, reveló que el monarca pidió a asesores militares del fallecido rey saudita Abdolá bin Abdulaziz Al Saud que abrieran fuego contra los manifestantes.
Lualua TV añadió que las tropas sauditas, con el apoyo de las bahreiníes, dispararon contra los movilizados, en incidentes que provocaron la muerte de 12 civiles y dejaron heridas a más de 40 personas.
Las fuerzas bahreiníes, apoyadas por unidades de policía y tropas sauditas, destruyeron además monumentos históricos y religiosos significativos para la oposición y la mayoría chiita de la población del país.
Los documentos muestran que, entre 2010 y 2012, el Departamento de Estado de EE.UU. —dirigido por Clinton— aprobó la venta de armamento por valor de 630 millones de dólares al pequeño país del golfo Pérsico. En ese periodo, la venta de armas a Bahrein aumentó un 187 por ciento respecto al período 2006-2008.
Por su lado, la página Web estadounidense Al-Monitor afirmó que la pequeña monarquía desembolsó en 2015 más 855 mil dólares para evitar las más leves críticas de Washington por la masiva represión de la oposición bahreiní.
Organismos internacionales como las Naciones Unidas, junto con grupos pro derechos humanos, han exigido en reiteradas ocasiones al régimen bahreiní que ponga fin a la detención de musulmanes chiitas, así como a la persecución de clérigos y activistas políticos.