Cumbre de G20 en China en busca de transformar la economía mundial
Los países del G20 se reunirán en la ciudad china de Hangzhou, entre el 4 y 5 de septiembre a fin de debatir como transformar la economía mundial para que sea más innovadora, vigorosa, interconectada e inclusiva.
Según expertos, el contexto económico mundial sigue siendo sombrío y tras el Brexit en el Reino Unido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus previsiones de crecimiento para 2016 y 2017 hasta 3.1 % y 3.4 %.
En opinión de Christopher Balding, profesor de Economía de la Peking University HSBC Business School, hoy no existen intereses comunes entre las principales economías mundiales. Lo que se nota -apuntó- es que hay poca urgencia en tomar grandes iniciativas políticas en Hangzhou.
Señaló que la preocupación por la depreciación del yuan (moneda china) y por el crecimiento han disminuido, porque la economía China se ha estabilizado y las turbulencias del Brexit son por el momento limitadas.
Por otro lado , los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 advierten que el brexit acumula incertidumbre en la economía global.
El G20 reúne a las principales economías mundiales de los países desarrollados y emergentes que en conjunto sus países representan el 85 % del producto interior bruto (PIB) mundial, así como dos tercios de la población del planeta.
En 2014, en la cumbre de Australia, los líderes del G20 prometieron aumentar en 2.1 % el crecimiento del PIB hasta 2018, pero desde entonces el entorno se degrada.
En 2015, el porcentaje de cumplimiento de las promesas del G20 cayó un 63 %, según datos de la Universidad de Toronto, que lo atribuye a la falta de reformas estructurales.
Analistas consideran que la diferencia entre las situaciones económicas de cada país complican mucho la toma de decisiones conjuntas.
Por su parte, Estados Unidos está estudiando un aumento de tipos de interés y Japón sigue su política de expansión monetaria.
China -por su lado- sigue generando desconfianza por la devaluación de su moneda, la explosión de su deuda y su exceso de capacidad en la producción, en especial del acero, una cuestión que se tratará al margen de la cumbre.
También, los tres países latinoamericanos del G20 llegan con intereses distintos al foro.
Brasil está inmerso en su peor recesión en casi un siglo y vive una profunda crisis política por la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff.
El gobierno de Mauricio Macri en Argentina intenta desplegar un amplio programa de reformas que suscita protestas populares, mientras que en México el endeudamiento público y las dificultades del sector petrolero han encendido algunas alarmas.
En opinión de Christopher Balding, profesor de Economía de la Peking University HSBC Business School, hoy no existen intereses comunes entre las principales economías mundiales. Lo que se nota -apuntó- es que hay poca urgencia en tomar grandes iniciativas políticas en Hangzhou.
Señaló que la preocupación por la depreciación del yuan (moneda china) y por el crecimiento han disminuido, porque la economía China se ha estabilizado y las turbulencias del Brexit son por el momento limitadas.
Por otro lado , los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 advierten que el brexit acumula incertidumbre en la economía global.
El G20 reúne a las principales economías mundiales de los países desarrollados y emergentes que en conjunto sus países representan el 85 % del producto interior bruto (PIB) mundial, así como dos tercios de la población del planeta.
En 2014, en la cumbre de Australia, los líderes del G20 prometieron aumentar en 2.1 % el crecimiento del PIB hasta 2018, pero desde entonces el entorno se degrada.
En 2015, el porcentaje de cumplimiento de las promesas del G20 cayó un 63 %, según datos de la Universidad de Toronto, que lo atribuye a la falta de reformas estructurales.
Analistas consideran que la diferencia entre las situaciones económicas de cada país complican mucho la toma de decisiones conjuntas.
Por su parte, Estados Unidos está estudiando un aumento de tipos de interés y Japón sigue su política de expansión monetaria.
China -por su lado- sigue generando desconfianza por la devaluación de su moneda, la explosión de su deuda y su exceso de capacidad en la producción, en especial del acero, una cuestión que se tratará al margen de la cumbre.
También, los tres países latinoamericanos del G20 llegan con intereses distintos al foro.
Brasil está inmerso en su peor recesión en casi un siglo y vive una profunda crisis política por la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff.
El gobierno de Mauricio Macri en Argentina intenta desplegar un amplio programa de reformas que suscita protestas populares, mientras que en México el endeudamiento público y las dificultades del sector petrolero han encendido algunas alarmas.