Nasrallah pide a los takfiríes poner fin a las acciones bélicas y abandonar las armas
El secretario general de Hizbulah, Seyyed Hassan Nasrallah, pidió a los grupos takfiríes poner fin a las acciones bélicas y abandonar las armas, si es que aún les queda algo de islam y aclaró que después de haber usado a los grupos terroristas hasta la saciedad, por parte de los Estados Unidos, Arabia Saudita y otros estados de la región, llegó el momento de la cosecha.
Señaló que después de Daesh llegó el momento de cosechar al resto de los grupos takfiríes que fueron creados por los Estados Unidos y sus aliados.
Nasrallah hizo hincapié que no queda otra alternativa que permanecer sobre el terreno en Alepo y en cualquier otro lugar que lo requiera el deber.
Las declaraciones de Nasrallah se producen en ocasión del décimo aniversario de la victoria de julio de 2006, la cual se realizó en la ciudad de Bin Jbeil en el sur del Líbano.
A juicio del secretario general de Hizbulah, las declaraciones estadounidenses sobre la fundación de Daesh y su administración impone que se le haga seguimiento de manera detenida. Añadió que la administración estadounidense creó una vasta gama de grupos terroristas, desde al Qaeda, Daesh y el Frente al Nusra, y Hizbullah es la punta de lanza en el eje de la Resistencia y eso explica la guerra declarada en su contra por medio de instrumentos terroristas.
Reiteró que la administración de Obama y Clinton crearon a Daesh y a sus hermanas después del fracaso del proyecto de un nuevo Medio Oriente y la firmeza mostrada por la resistencia; lo cual hace que Estados Unidos maneje hoy hábilmente la guerra por encargo, porque Israel no se encuentra a la altura de un enfrentamiento de ese tamaño.
Nasrrallah anunció que Estados Unidos financió, armó y entrenó a los grupos terroristas con recursos provenientes de las arcas árabes.
Añadió que la victoria de El Líbano en la guerra de los 33 días, lanzada en 2006 en su contra, sacudió al ejército israelí.
Dijo que la victoria de 2006 supuso un terremoto que sacudió al ejército israelí, porque creó una crisis de confianza entre los militares israelíes.
Resaltó que tras el fin de la ofensiva el 14 de agosto de ese mismo año, sin haber logrado ninguno de sus objetivos, los generales israelíes comenzaron a echarse la culpa los unos a los otros por la derrota del ejército del régimen ante la Resistencia.
Asimismo, señaló que la victoria de los libaneses también provocó que los políticos israelíes comenzaran a dudar de las capacidades y el poderío de su ejército.
Nasrallah recalcó que el régimen israelí, no obstante, empezó a reconocer las capacidades de Hizbulah y el hecho de que la Resistencia libanesa puede golpear cualquier objetivo en los territorios ocupados palestinos.
“Antes de la guerra en julio, Israel estaba en una situación completamente diferente”, evocó el secretario general de Hizbulah, para luego añadir que al fallar en el cumplimiento de un complot estadounidense cambiaron casi todas las estimaciones sobre la existencia de ese régimen usurpador.
Al mostrarse convencido de que aplastar a la Resistencia en la región de Medio Oriente era el mayor objetivo que buscaba Israel en la agresión a El Líbano, Nasrallah apuntó que Hizbulah entró en esa guerra en un intento por salvaguardar los principios de la Resistencia.
De igual manera, agradeció a las fuerzas de la Resistencia los sacrificios realizados para lograr esta victoria, y extendió el agradecimiento también a los simpatizantes de la Resistencia, en concreto, la República Islámica de Irán y Siria.
El 12 de julio de 2006, el régimen de Tel Aviv, so pretexto de liberar a dos de sus soldados, lanzó amplios ataques desde tierra, aire y mar contra el territorio libanés. No obstante, gracias a la resistencia de Hizbulah, el régimen israelí se vio obligado a retirarse con las manos vacías.
Nasrallah hizo hincapié que no queda otra alternativa que permanecer sobre el terreno en Alepo y en cualquier otro lugar que lo requiera el deber.
Las declaraciones de Nasrallah se producen en ocasión del décimo aniversario de la victoria de julio de 2006, la cual se realizó en la ciudad de Bin Jbeil en el sur del Líbano.
A juicio del secretario general de Hizbulah, las declaraciones estadounidenses sobre la fundación de Daesh y su administración impone que se le haga seguimiento de manera detenida. Añadió que la administración estadounidense creó una vasta gama de grupos terroristas, desde al Qaeda, Daesh y el Frente al Nusra, y Hizbullah es la punta de lanza en el eje de la Resistencia y eso explica la guerra declarada en su contra por medio de instrumentos terroristas.
Reiteró que la administración de Obama y Clinton crearon a Daesh y a sus hermanas después del fracaso del proyecto de un nuevo Medio Oriente y la firmeza mostrada por la resistencia; lo cual hace que Estados Unidos maneje hoy hábilmente la guerra por encargo, porque Israel no se encuentra a la altura de un enfrentamiento de ese tamaño.
Nasrrallah anunció que Estados Unidos financió, armó y entrenó a los grupos terroristas con recursos provenientes de las arcas árabes.
Añadió que la victoria de El Líbano en la guerra de los 33 días, lanzada en 2006 en su contra, sacudió al ejército israelí.
Dijo que la victoria de 2006 supuso un terremoto que sacudió al ejército israelí, porque creó una crisis de confianza entre los militares israelíes.
Resaltó que tras el fin de la ofensiva el 14 de agosto de ese mismo año, sin haber logrado ninguno de sus objetivos, los generales israelíes comenzaron a echarse la culpa los unos a los otros por la derrota del ejército del régimen ante la Resistencia.
Asimismo, señaló que la victoria de los libaneses también provocó que los políticos israelíes comenzaran a dudar de las capacidades y el poderío de su ejército.
Nasrallah recalcó que el régimen israelí, no obstante, empezó a reconocer las capacidades de Hizbulah y el hecho de que la Resistencia libanesa puede golpear cualquier objetivo en los territorios ocupados palestinos.
“Antes de la guerra en julio, Israel estaba en una situación completamente diferente”, evocó el secretario general de Hizbulah, para luego añadir que al fallar en el cumplimiento de un complot estadounidense cambiaron casi todas las estimaciones sobre la existencia de ese régimen usurpador.
Al mostrarse convencido de que aplastar a la Resistencia en la región de Medio Oriente era el mayor objetivo que buscaba Israel en la agresión a El Líbano, Nasrallah apuntó que Hizbulah entró en esa guerra en un intento por salvaguardar los principios de la Resistencia.
De igual manera, agradeció a las fuerzas de la Resistencia los sacrificios realizados para lograr esta victoria, y extendió el agradecimiento también a los simpatizantes de la Resistencia, en concreto, la República Islámica de Irán y Siria.
El 12 de julio de 2006, el régimen de Tel Aviv, so pretexto de liberar a dos de sus soldados, lanzó amplios ataques desde tierra, aire y mar contra el territorio libanés. No obstante, gracias a la resistencia de Hizbulah, el régimen israelí se vio obligado a retirarse con las manos vacías.