Cumbres árabes entre bravura y coraje a raíz de la derrota, súplicas y rendición a raíz de la victoria
Las Cumbres árabes comenzaron el 22 de marzo de 1945 con sus tres "NO": No a la reconciliación con Israel, no a las negociaciones con Israel y no reconocimiento a Israel.
Los tres No fueron dichos en el momento en que los pueblos árabes viriles lloraron de impotencia frente a un ejército que era entonces invencible: el ejército sionista. Esas cumbres terminaron hoy suplicándole a Israel aceptar la paz y la normalización sin nada a cambio y después de que el ejército sionista fue vencido por la Resistencia.
El techo de las cumbres árabes fue bajando de una reunión a otra hasta que se han convertido en un simple encuentro de mandatarios árabes con una máxima aspiración, que se resume en obtener una declaración del estado sionista, en la cual considera que la iniciativa de paz lanzada en Beirut en el año 2002, aún sigue vigente.
Más de 300 resoluciones fueron emitidas por las Cumbres Árabes desde la fundación de la Liga de Países Árabes en 1945, entre ordinarias y emergentes o extraordinarias. Resoluciones de ira, solidaridad, denuncia, tristeza, dolor y preocupación como consecuencia de las agresiones de Israel contra los pueblos árabes, pero hoy ya sus resoluciones se convirtieron en bálsamo y colirio para Israel ya que se dedican actualmente a expresar todo el odio contra ciertos miembros de la Liga que optaron por seguir resistiendo al enemigo sionista.
Desde el comienzo de la llamada Primavera Árabe, los principios históricos de la Liga: apoyar la Causa Palestina y a los países miembros que se enfrentan a la agresión sionista, se han transformado hoy en todo lo contrario. Las cumbres hoy llaman a las grandes potencias extranjeras a intervenir en los países miembros de la Liga.
Con absoluta incompetencia, en total contradicción con los preceptos fundacionales, la Liga colaboró y colabora con quienes desde Estados Unidos y las naciones desarrolladas de Occidente se lanzaron sobre Siria en alianza con varios regímenes del mundo árabe, que orquestaron una feroz campaña mediática contra el Gobierno de Damasco, satanizando a su líder en medio de su guerra contra el terrorismo.
En relación con la Causa Palestina, la Iniciativa de Paz consistió en intercambiar la normalización por la devolución de la tierra ocupada a sus dueños legítimos. Hoy, están ofreciendo ya la normalización sin haber recuperado la tierra usurpada, y paralelamente siguen incrementando una relación de enemistad que crearon con otros países, que comparten con ellos la historia, la geografía y religión como Irán.
La reciente 27 Cumbre de la Liga Árabe resultó un evento sin trascendencia, carente de propuestas concretas y con la ausencia de dos tercios de sus 22 miembros.
Durante dos días, Nuakchot, capital de Mauritania, insinuó más que debatió las implicaciones del terrorismo como expresión negativa sobre el Islam y sin alusiones a la causa palestina o a la adopción de políticas concretas sobre esos temas.
A la reunión de Mauritania no asistieron los líderes de Marruecos, Egipto, Argelia, Iraq, Palestina, Jordania y Siria, esta última expulsada de la Liga en 2011, incluso cuando el presidente de este país, Bashar al Assad, era su secretario general.
Como bien dijo el corresponsal de PL en Damasco en su artículo titulado: " Sobre Siria, Liga Árabe marcha, pero por el mal camino", la “Liga, que teóricamente abarca más de 13 millones de kilómetros cuadrados y una cifra superior a los 340 millones de habitantes, tiene pocas expectativas de vida práctica y está ahora sumida en un mal camino plagado de piedras que representan el desvanecimiento del mundo árabe, disperso, maltrecho y dividido”.
El techo de las cumbres árabes fue bajando de una reunión a otra hasta que se han convertido en un simple encuentro de mandatarios árabes con una máxima aspiración, que se resume en obtener una declaración del estado sionista, en la cual considera que la iniciativa de paz lanzada en Beirut en el año 2002, aún sigue vigente.
Más de 300 resoluciones fueron emitidas por las Cumbres Árabes desde la fundación de la Liga de Países Árabes en 1945, entre ordinarias y emergentes o extraordinarias. Resoluciones de ira, solidaridad, denuncia, tristeza, dolor y preocupación como consecuencia de las agresiones de Israel contra los pueblos árabes, pero hoy ya sus resoluciones se convirtieron en bálsamo y colirio para Israel ya que se dedican actualmente a expresar todo el odio contra ciertos miembros de la Liga que optaron por seguir resistiendo al enemigo sionista.
Desde el comienzo de la llamada Primavera Árabe, los principios históricos de la Liga: apoyar la Causa Palestina y a los países miembros que se enfrentan a la agresión sionista, se han transformado hoy en todo lo contrario. Las cumbres hoy llaman a las grandes potencias extranjeras a intervenir en los países miembros de la Liga.
Con absoluta incompetencia, en total contradicción con los preceptos fundacionales, la Liga colaboró y colabora con quienes desde Estados Unidos y las naciones desarrolladas de Occidente se lanzaron sobre Siria en alianza con varios regímenes del mundo árabe, que orquestaron una feroz campaña mediática contra el Gobierno de Damasco, satanizando a su líder en medio de su guerra contra el terrorismo.
En relación con la Causa Palestina, la Iniciativa de Paz consistió en intercambiar la normalización por la devolución de la tierra ocupada a sus dueños legítimos. Hoy, están ofreciendo ya la normalización sin haber recuperado la tierra usurpada, y paralelamente siguen incrementando una relación de enemistad que crearon con otros países, que comparten con ellos la historia, la geografía y religión como Irán.
La reciente 27 Cumbre de la Liga Árabe resultó un evento sin trascendencia, carente de propuestas concretas y con la ausencia de dos tercios de sus 22 miembros.
Durante dos días, Nuakchot, capital de Mauritania, insinuó más que debatió las implicaciones del terrorismo como expresión negativa sobre el Islam y sin alusiones a la causa palestina o a la adopción de políticas concretas sobre esos temas.
A la reunión de Mauritania no asistieron los líderes de Marruecos, Egipto, Argelia, Iraq, Palestina, Jordania y Siria, esta última expulsada de la Liga en 2011, incluso cuando el presidente de este país, Bashar al Assad, era su secretario general.
Como bien dijo el corresponsal de PL en Damasco en su artículo titulado: " Sobre Siria, Liga Árabe marcha, pero por el mal camino", la “Liga, que teóricamente abarca más de 13 millones de kilómetros cuadrados y una cifra superior a los 340 millones de habitantes, tiene pocas expectativas de vida práctica y está ahora sumida en un mal camino plagado de piedras que representan el desvanecimiento del mundo árabe, disperso, maltrecho y dividido”.