Desde el primer día de la guerra, el precio del shekel había bajado en comparación con el dólar en la Bursa de Tel Aviv, y el valor de las acciones se había disminuido hasta el 8%. Durante la guerra, el aspecto económico no ocupó un lugar importante en el debate israelí, a pesar de que los números de las pérdidas aumentaron drásticamente desde el primer alto al fuego hasta alcanzar un número récord en la historia del Estado Hebreo. Según los analistas económicos en Israel, la guerra contra el Líbano costo 6.5 mil millones de dólares sin contar las consecuencias que podrían haberse presentado en un futuro próximo o lejano.

 

Estas aproximaciones se basan sobre las estadísticas que demostraron que en el día 20 de la guerra, el 90% de los centros económicos (fábricas, centros de trabajo, etc.) al norte de Israel se cerraron completamente.

 

En Haifa, la región industrial más grande de Israel, con el comienzo de la tercera semana de la guerra contra el Líbano, el porcentaje de clausura de centros económicos se aproximó hasta los 45%. La guerra que alcanzó la ciudad de Haifa causó 11 millones de dólares de pérdidas; y esto ocurrió antes de cerrar la más grande fábrica de refinación de petróleo que situada en el golfo de Haifa.

 

Israel trazó un objetivo claro y concreto en su guerra contra el Líbano: liquidar Hizbulah. Según un simple cálculo de los especialistas israelíes, Israel gastó aproximadamente 6 mil millones de dólares. Según las estadísticas, 250 fue el número de los combatientes de Hizbulah que participaron en la guerra de 33 días lo que significa que Israel gastó 24 millones de dólares para matar un solo combatiente de Hizbulah…

A pesar de todo esto no se logró, ni se ha logrado ni un solo objetivo de esta guerra.