De los pueblos libres saldrán las iniciativas para combatir el cambio climático
La conciencia y la unidad de los movimientos sociales, de indígenas campesinos originarios, de profesionales, mujeres y hombres trabajadores, de los jóvenes del mundo, es el camino para frenar los daños ocasionados por los gases de efecto invernadero y para contrarrestar los intereses egoístas de los países capitalistas, señaló el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a su arribo Cochabamba, Bolivia para asistir a la II Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático.

El mandatario hizo énfasis en el creciente descongelamiento de las cumbres, de los polos, el aumenta el calentamiento global y todo ello como consecuencia de la irresponsabilidad y egoísmo de los países industrializados.
Maduro explicó que los daños son evidentes y cada vez se hacen más profundos, pues en muchas ocasiones la sequía se extiende por meses, los deshielos de los glaciares se recrudecen, las lluvias son más intensas y devastadoras de siembras y cosechas que afectan la subsistencia de los .
Al conmemorarse 523 años de la llegada a América de los españoles, Maduro recordó que bajo su dominio, perdieron la vida más de 80 millones de hombres y mujeres del continente. Desde entonces esos imperios, dijo, y los que actualmente pululan por el mundo, son los responsables de estos daños casi irreversibles.
Destacó la importancia de la Cumbre de Tiquipaya, porque hoy son los pueblos libres con voz soberana y desde allí, donde están representados los movimientos sociales del mundo, saldrán las iniciativas para combatir el cambio climático.
Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó a cuidar la Madre Tierra.
Debemos ocuparnos y preocuparnos del único planeta que tenemos, pidió Correa, quien destacó que "Bolivia, de buen manejo económico y macroeconómico, es hoy ejemplo de preocupación por el único planeta que tenemos".
Advirtió que "paradójicamente los menos contaminadores somos los más preocupados y los grandes contaminadores siguen con sus políticas".
Argumentó que si fuera al revés hace rato nos hubieran invadido para exigirnos una compensación, en tanto aclaró que el problema del efecto invernadero, del cambio climático, pudiera resolverse con justicia ambiental.
Expresó que la responsabilidad es de todos, pero algunos tienen más responsabilidad. Y esos deberían pagar a Bolivia, a Ecuador, por esos bienes que consumen ahora. Pareciera ser que en el siglo XXI -señaló- la justicia es solo la conveniencia del más fuerte, de aquellos que contaminan y generan problemas ambientales.
Juan Cuevas, uno de los Uno de los representantes chilenos en la Cumbre, advirtió que la mayoría de sus compatriotas respalda el reclamo boliviano por el mar.
Aseguró que no es cierto lo que dicen en mi país sobre un unánime respaldo a la posición del gobierno sobre el mar. La mayoría de mis compatriotas -afirmó- sabe que es una injusticia con este país.
Cuevas, quien se reunió poco antes con el presidente boliviano, Evo Morales, en el municipio cochabambino de Tiquipaya, recordó que hay propuestas de diferentes gobiernos chilenos de otorgarle mar a Bolivia, entre esos el del fallecido exdictador Augusto Pinochet.
Consideró como alarmante que el Estado sea cada vez menos dueño de los recursos naturales, entre ellos el cobre, y recordó que hace unos años apenas el 30 por ciento del referido mineral estaba en manos privadas, una cifra que llega ahora a más del 70 por ciento.
Recordó que sucede lo mismo con la educación, la salud y el resto de los servicios básicos.
Maduro explicó que los daños son evidentes y cada vez se hacen más profundos, pues en muchas ocasiones la sequía se extiende por meses, los deshielos de los glaciares se recrudecen, las lluvias son más intensas y devastadoras de siembras y cosechas que afectan la subsistencia de los .
Al conmemorarse 523 años de la llegada a América de los españoles, Maduro recordó que bajo su dominio, perdieron la vida más de 80 millones de hombres y mujeres del continente. Desde entonces esos imperios, dijo, y los que actualmente pululan por el mundo, son los responsables de estos daños casi irreversibles.
Destacó la importancia de la Cumbre de Tiquipaya, porque hoy son los pueblos libres con voz soberana y desde allí, donde están representados los movimientos sociales del mundo, saldrán las iniciativas para combatir el cambio climático.
Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó a cuidar la Madre Tierra.
Debemos ocuparnos y preocuparnos del único planeta que tenemos, pidió Correa, quien destacó que "Bolivia, de buen manejo económico y macroeconómico, es hoy ejemplo de preocupación por el único planeta que tenemos".
Advirtió que "paradójicamente los menos contaminadores somos los más preocupados y los grandes contaminadores siguen con sus políticas".
Argumentó que si fuera al revés hace rato nos hubieran invadido para exigirnos una compensación, en tanto aclaró que el problema del efecto invernadero, del cambio climático, pudiera resolverse con justicia ambiental.
Expresó que la responsabilidad es de todos, pero algunos tienen más responsabilidad. Y esos deberían pagar a Bolivia, a Ecuador, por esos bienes que consumen ahora. Pareciera ser que en el siglo XXI -señaló- la justicia es solo la conveniencia del más fuerte, de aquellos que contaminan y generan problemas ambientales.
Juan Cuevas, uno de los Uno de los representantes chilenos en la Cumbre, advirtió que la mayoría de sus compatriotas respalda el reclamo boliviano por el mar.
Aseguró que no es cierto lo que dicen en mi país sobre un unánime respaldo a la posición del gobierno sobre el mar. La mayoría de mis compatriotas -afirmó- sabe que es una injusticia con este país.
Cuevas, quien se reunió poco antes con el presidente boliviano, Evo Morales, en el municipio cochabambino de Tiquipaya, recordó que hay propuestas de diferentes gobiernos chilenos de otorgarle mar a Bolivia, entre esos el del fallecido exdictador Augusto Pinochet.
Consideró como alarmante que el Estado sea cada vez menos dueño de los recursos naturales, entre ellos el cobre, y recordó que hace unos años apenas el 30 por ciento del referido mineral estaba en manos privadas, una cifra que llega ahora a más del 70 por ciento.
Recordó que sucede lo mismo con la educación, la salud y el resto de los servicios básicos.