En ellos los sudafricanos ven, quizá, la síntesis de un pueblo en su hidalguía, dignidad y resistencia de tantos años.

Los admiran y quieren, y se lo han demostrado durante estos días en  los cuales el rigor  de los programas apenas alcanza  para un pequeño descanso, porque las distancias que se recorren son extensas.

Sin embargo, probados ya en todos los ámbitos del valor y sacrificio humano, sonríen, abrazan, no niegan el saludo, y son los mejores embajadores en la defensa de los argumentos de la Revolución cubana.

Cada uno con sus características, los Cinco son carismáticos, comunicadores. Han hablado en vivo ante las cámaras de televisión y espacios de radio, en comunidades y el Parlamento.

Y este jueves lo hicieron en el City Hall de Johannesburgo, donde en una sala repleta con integrantes de la mayor federación obrera de Sudáfrica (Cosatu) y otras organizaciones, agradecieron a los sindicatos el haber sido los abanderados de la campaña de solidaridad en Sudáfrica.

Una sorpresa primera fue cuando Gerardo se entremezcló con los colaboradores cubanos y dirigió un coro improvisado que entonó el himno nacional de Cuba.

Ramón tomó el micrófono pidió cantar entre todos la mundialmente conocida Guantanamera.

Sidumo Dlamini, presidente del Congreso de los Sindicatos Sudafricanos (Cosatu), una central obrera que agrupa a más de dos millones de afiliados, resaltó el ejemplo que dieron los Cinco y el honor que representa tenerlos por primera vez en Sudáfrica.

El alcalde de Johannesburgo, Mpho Parks Tau, reconoció lo que es referencia obligada: el rol desempeñado por la isla antillana en el movimiento de liberación de África.

Los  cinco antiterroristas cubanos recorrerán sitios de interés en Gauteng hasta completar cinco de las nueve provincias sudafricanas.

Mientras, siguen convocando y cuando se les ve cantar y defender ideas en cualquier escenario uno se percata por qué sus verdugos no pudieron con ellos.