Beatificado Monseñor Romero, mártir, evangelizador y padre de los pobres
Ante cientos de miles de salvadoreños y visitantes de todo el mundo Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue declarado beato por la Iglesia Católica, indica un reporte de Prensa Latina.
En la celebración monseñor Jesús Delgado leyó la carta pastoral del papa Francisco que declara Beato al obispo que fue asesinado hace 35 años en medio de una homilía el 24 de marzo de 1980 por los Escuadrones de la Muerte.
" ... Facultamos para que el venerable Siervo de Dios, Óscar Arnulfo Romero Galdámez, obispo y mártir... evangelizador y padre de los pobres...en adelante se llame Beato", dijo la carta, leída en latín y español.
El cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos de la Santa Sede, presidió la ceremonia de beatificación.
Con esta beatificación "tiene que iniciar un tiempo nuevo para El Salvador y para cualquiera que ama a la iglesia y a los pobres", subrayó Amato.
Esta beatificación pide a todos nosotros ser mártires y dar la vida por los demás, por un mundo de paz y de amor, agregó.
"Caminar hacia la canonización (de Monseñor Romero) con el papa Francisco es la meta que tenemos. Significa caminar juntos con él alejándonos de toda violencia y ensanchando el amor y la paz", expresó el cardenal.
Ese es "el milagro que pedimos al beato Óscar Romero, permanecer unidos y cambiar el mundo con nuestro amor. Solo el amor, no la violencia cambia el mundo", manifestó en el acto que se caracterizó por el fervor y la alegría.
A la celebración asistieron el presidente del país, Salvador Sánchez Cerén y el vicepresidente Oscar Ortiz. También estuvieron presnets en la celebración el presidente de Ecuador, Rafael Correa, el de Panamá, Juan Carlos Varela, y los vicepresidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Venezuela, Jorge Arreaza, así como funcionarios del gobierno y el cuerpo diplomático acreditado en El Salvador.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, calificó la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero como un signo de los tiempos.
"Un papa latinoamericano por primera vez en la historia y ahora el mártir latinoamericano elevado a beato, pese a la resistencia de ciertos grupos" es un signo de los tiempos que dice que muchas cosas están cambiando, subrayó.
"Ojalá vuelva esa iglesia que tanto defendió Óscar Arnulfo Romero, comprometida con los más pobres", enfatizó el jefe de Estado al referirse al llamado a la paz, la unidad, el cese de la represión de los militares contra el pueblo, que desde el evangelio pedía Romero.
Correa subrayó que "el amor cristiano no significa indiferencia, significa compromiso, denuncia, indignación por la injusticia".Señaló que en Latinoamérica hay una paradoja: "somos el continente más cristiano del mundo y a la vez más desigual, algo ahí no calza, algo está mal".
El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, destacó el ejemplo del obispo en sus luchas a favor de los pobres.
Para todo el pueblo venezolano es como si fuera nuestro beato, y nuestro Santo en un futuro, porque fue un mártir del pueblo salvadoreño, de los oprimidos y reprimidos por la ultraderecha en su momento, expresó.
Al referirse a su ejercicio pastoral en condiciones caracterizadas por la represión, aseguró que Monseñor Romero sabía que iba a entregar su vida.
"Hemos seguido constantemente su enseñanza en las luchas por la igualdad y la justicia en Venezuela", enfatizó el vicepresidente.
Por su parte, el primer vicepresidente cubano Miguel Díaz - Canel rindió homenaje a Monseñor Óscar Arnulfo Romero en la cripta que guarda sus restos en la Catedral de San Salvador y posteriormente al líder histórico del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional Shafik Handal en el Cementerio de los Ilustres.
El alto dirigente cubano aseguró que la beatificación es parte de un entramado de motivaciones, relaciones históricas, elementos propios de lo que trata de hacer el gobierno salvadoreño y de gran connotación para el país, América Latina y el mundo.
De este acto, destacó, se pueden hacer muchas lecturas porque primero está la figura de Monseñor Romero, un paradigma en la lucha por la paz y la defensa de los pobres, con ideas muy humanas que defendió desde una posición altruista y que por tanto dejó un legado, alimentado todos estos años en nuestras luchas comunes por los salvadoreños y los cubanos.
La figura de monseñor Romero se hizo universal por su defensa de quienes no tenían nada, en una parte de la historia salvadoreña muy dolorosa, en medio de un conflicto y con gobiernos militares que todo lo arreglaban silenciando a la gente de cualquier manera.
Su denuncia sincera, desde el fondo del corazón, sosteniendo un evangelio en la mano y defendiendo al pueblo que le había sido encomendado, evidencia la necesidad de un cambio en la mentalidad.
El ejemplo de Monseñor Romero muestra la necesidad de velar por nuestros hermanos. Viene a ser como un bálsamo para las heridas del pasado de la sociedad salvadoreña, en la que proliferaron sangrientas dictaduras militares que llevó al conflicto armado (1980-1992).
La beatificación de Monseñor Romero es una acto de justicia, un reconocimiento a su lucha por los pobres en la búsqueda de una sociedad con equidad. Monseñor es una insignia de lucha, de reivindicaciones y de derechos humanos. Monseñor significa paz, esperanza y reconciliación.
Su proceso de canonización ha durado décadas, pero el papa Francisco logró que este punto tan sensible en El Salvador, sea reconocido y se convierta en una bandera de amor, paz y lucha para los salvadoreños.
Católicos, laicos, evangélicos, sacerdotes, cardenales, obispos, gobernantes, hombres, mujeres de El Salvador y del mundo, se unieron este día en un abrazo de paz en la misa donde fue beatificado Monseñor Romero.
En la celebración monseñor Jesús Delgado leyó la carta pastoral del papa Francisco que declara Beato al obispo que fue asesinado hace 35 años en medio de una homilía el 24 de marzo de 1980 por los Escuadrones de la Muerte.
" ... Facultamos para que el venerable Siervo de Dios, Óscar Arnulfo Romero Galdámez, obispo y mártir... evangelizador y padre de los pobres...en adelante se llame Beato", dijo la carta, leída en latín y español.
El cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos de la Santa Sede, presidió la ceremonia de beatificación.
Con esta beatificación "tiene que iniciar un tiempo nuevo para El Salvador y para cualquiera que ama a la iglesia y a los pobres", subrayó Amato.
Esta beatificación pide a todos nosotros ser mártires y dar la vida por los demás, por un mundo de paz y de amor, agregó.
"Caminar hacia la canonización (de Monseñor Romero) con el papa Francisco es la meta que tenemos. Significa caminar juntos con él alejándonos de toda violencia y ensanchando el amor y la paz", expresó el cardenal.
Ese es "el milagro que pedimos al beato Óscar Romero, permanecer unidos y cambiar el mundo con nuestro amor. Solo el amor, no la violencia cambia el mundo", manifestó en el acto que se caracterizó por el fervor y la alegría.
A la celebración asistieron el presidente del país, Salvador Sánchez Cerén y el vicepresidente Oscar Ortiz. También estuvieron presnets en la celebración el presidente de Ecuador, Rafael Correa, el de Panamá, Juan Carlos Varela, y los vicepresidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Venezuela, Jorge Arreaza, así como funcionarios del gobierno y el cuerpo diplomático acreditado en El Salvador.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, calificó la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero como un signo de los tiempos.
"Un papa latinoamericano por primera vez en la historia y ahora el mártir latinoamericano elevado a beato, pese a la resistencia de ciertos grupos" es un signo de los tiempos que dice que muchas cosas están cambiando, subrayó.
"Ojalá vuelva esa iglesia que tanto defendió Óscar Arnulfo Romero, comprometida con los más pobres", enfatizó el jefe de Estado al referirse al llamado a la paz, la unidad, el cese de la represión de los militares contra el pueblo, que desde el evangelio pedía Romero.
Correa subrayó que "el amor cristiano no significa indiferencia, significa compromiso, denuncia, indignación por la injusticia".Señaló que en Latinoamérica hay una paradoja: "somos el continente más cristiano del mundo y a la vez más desigual, algo ahí no calza, algo está mal".
El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, destacó el ejemplo del obispo en sus luchas a favor de los pobres.
Para todo el pueblo venezolano es como si fuera nuestro beato, y nuestro Santo en un futuro, porque fue un mártir del pueblo salvadoreño, de los oprimidos y reprimidos por la ultraderecha en su momento, expresó.
Al referirse a su ejercicio pastoral en condiciones caracterizadas por la represión, aseguró que Monseñor Romero sabía que iba a entregar su vida.
"Hemos seguido constantemente su enseñanza en las luchas por la igualdad y la justicia en Venezuela", enfatizó el vicepresidente.
Por su parte, el primer vicepresidente cubano Miguel Díaz - Canel rindió homenaje a Monseñor Óscar Arnulfo Romero en la cripta que guarda sus restos en la Catedral de San Salvador y posteriormente al líder histórico del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional Shafik Handal en el Cementerio de los Ilustres.
El alto dirigente cubano aseguró que la beatificación es parte de un entramado de motivaciones, relaciones históricas, elementos propios de lo que trata de hacer el gobierno salvadoreño y de gran connotación para el país, América Latina y el mundo.
De este acto, destacó, se pueden hacer muchas lecturas porque primero está la figura de Monseñor Romero, un paradigma en la lucha por la paz y la defensa de los pobres, con ideas muy humanas que defendió desde una posición altruista y que por tanto dejó un legado, alimentado todos estos años en nuestras luchas comunes por los salvadoreños y los cubanos.
La figura de monseñor Romero se hizo universal por su defensa de quienes no tenían nada, en una parte de la historia salvadoreña muy dolorosa, en medio de un conflicto y con gobiernos militares que todo lo arreglaban silenciando a la gente de cualquier manera.
Su denuncia sincera, desde el fondo del corazón, sosteniendo un evangelio en la mano y defendiendo al pueblo que le había sido encomendado, evidencia la necesidad de un cambio en la mentalidad.
El ejemplo de Monseñor Romero muestra la necesidad de velar por nuestros hermanos. Viene a ser como un bálsamo para las heridas del pasado de la sociedad salvadoreña, en la que proliferaron sangrientas dictaduras militares que llevó al conflicto armado (1980-1992).
La beatificación de Monseñor Romero es una acto de justicia, un reconocimiento a su lucha por los pobres en la búsqueda de una sociedad con equidad. Monseñor es una insignia de lucha, de reivindicaciones y de derechos humanos. Monseñor significa paz, esperanza y reconciliación.
Su proceso de canonización ha durado décadas, pero el papa Francisco logró que este punto tan sensible en El Salvador, sea reconocido y se convierta en una bandera de amor, paz y lucha para los salvadoreños.
Católicos, laicos, evangélicos, sacerdotes, cardenales, obispos, gobernantes, hombres, mujeres de El Salvador y del mundo, se unieron este día en un abrazo de paz en la misa donde fue beatificado Monseñor Romero.