Dar Abdallah, ¡amor, paz y música!
Dar Abdallah es un lugar mágico, abandonado durante años, que renace ahora por amor a Damasco y el arte.
Situado en una pequeñita calle del casco antiguo de la ciudad, Dar Abdallah es esta casa tradicional que se convierte en 2021 en un lugar musical, socio-cultural, completamente diferente de todos los otros cafés y restaurantes en la ciudad, porque el primer objetivo de Abdallah es "que el público venga para disfrutar de una música académica, una música valorizada en su totalidad".
"En esta casa de más de 6 cuartos, hay solo un dormitorio para mí y todo el resto está dedicado a mi trabajo: un estudio, y un gran patio para tocar música y una galería de artes."
Es muy importante sentirme rodeado por un público que me parece, para identificarme e identificarse, porque cualquier proyecto crece y se embellece gracias a esta mezcla. 2011 marca mi vuelta a Siria tras un largo viaje constituido de encuentros y experiencias y que se acabó fuera para nacer aquí. Sin embargo, en 2013 tuve que moverme a Beirut para 6 años. Era una magnifica experiencia en… Música. Producción de documentarios. Nuevos contactos. Y nuevas relaciones.
Abdallah empieza su carrera musical estudiando la citara en el conservatorio de Sulhi El Wadi. Obtiene una beca para estudiar en Inglaterra la composición musical, en una época donde la citara era un instrumento poco o mal conocido en el occidente.
Entre 1997 y 2011, se pone a componer música con un grupo de músicos cosmopolitas para enriquecer el contenido y dar más valor al trabajo musical. Así nace: ‘Abdallah Shehadeh and Nara’.
Como lo afirma Abdallah: “Una de mis composiciones más famosas es ‘Las 7 puertas de Damasco’. Alude al viejo casco damasceno, al barrio de mi infancia, a su espíritu, a su convivencia y su acogida que ofrecen a cualquier visitante.
Son 14 años lejos de Siria, con más de 200 conciertos en muchos países, ciudades y regiones. Y lo que me sorprendió era siempre la reacción positiva de la gente para con mi música con mi cítara. Es una gente curiosa, interesada e interesante. Yo creo que en el Occidente hay el éxito, el reconocimiento, la ambición y el sueño, pero no es un lugar fácil para el talento musical árabe. Yo, como músico, valorizo todo a través de la música. Aprendí mucho porque movía mucho, el viaje para mii significa nuevas experiencias, nuevos conocimientos, nuevas culturas. También considero que somos todos semejantes, hablando idiomas diferentes en ambientes diferentes.
Desde hace 3 años, estoy aquí en Damasco para dar una nueva imagen y una nueva vida al arte. Hacer renacer la presencia y el poder del arte en el corazón y el alma de la gente. El arte significa moral, principios y ciudadanía. Por eso, debemos aprovechar la presencia de los unos otros para desarrollar y fortalecer nuestra sociedad, especialmente tras esos 10 años de conflicto.
Es una riqueza, un tesoro que no debemos ignorar y borrar. Además, no todo se mide con el dinero, debemos escapar el consumismo actual. Pensar de manera diferente. Aprender a construir un espíritu humano sano como era antes, valorizar la persona como tal sin ningún etiqueta u origen político, religioso y social. Por eso, mi mensaje es siempre el mismo: dejar las medias y los políticos que nos desorientan. Aprovechar la libertad de expresión para que cada uno forje su propia opinión. Descubrir. Juzgar. Y sigo con esta idea aquí en mi casa para escapar de este mundo material y encontrar lo espiritual a través de la música.
¡La puerta de mi casa está siempre abierta para que juntos construyamos un futuro mundo puro y nuevo!”