La cultura y el impacto de la pandemia en el sector
Más digitales, más resilientes y mucho más precarios, así se defide el sector cultural, un año después de iniciada la Pandemia.
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La cultura y el impacto de la pandemia en el sector. Foto: La Vanguardia
Un año de pandemia ha transformado el sector cultural dejando escenas opuestas: por un lado, el reparto de alimentos a muchas familias del mundo del teatro, el cine o la música que por primera vez en su vida se han visto sin ningún tipo de ingresos durante meses; en el lado contrario, el auge en las instituciones públicas de plataformas digitales, pequeños Netflix de la cultura, que emiten directos o grabaciones de las obras de teatro y los conciertos que programan. Con sorprendente éxito.
La Covid-19 golpea el empleo de los trabajadores de la cultura: El 59,1% del sector ha reducido la plantilla como consecuencia de la crisis.
Nuevas posibilidades globales para la cultura que sin embargo llegan en un momento en el que las instituciones culturales han visto reducidos sus ingresos de manera feroz tras meses de cierre y aforos al 50%.
Pero el año de la pandemia ha sido también un año de solidaridad, dolor y de largos momentos de encierro en el que muchos han descubierto la importancia de la cultura porque, para empezar, en muchos momentos no había nada más: series, películas, libros, conciertos y teatro online y música en los balcones han proporcionado entretenimiento, evasión y, también, han confortado.
El Observatorio de la Cultura en España ha publicado un estudio, realizado a partir de un cuestionario a casi medio millar de agentes del sector. Y el primer dato estadístico habla de una situación dura: un 7,9% de las instituciones, empresas y profesionales del sector mantiene sus actividades cerradas –como las grandes salas de conciertos– o sus proyectos no han podido celebrarse este año, como de nuevo el festival Primavera Sound; un 57,1% del sector ha recuperado apenas parcialmente la actividad normal y solo el 31,6%, menos de un tercio, ha recuperado el volumen normal de actividad. Y el impacto es mucho más grave para el sector privado y especialmente para los profesionales independientes, de los que el 17,2% aún no han podido siquiera recuperar algo de su actividad.