Modelo de icónica escultura mexicana Diana Cazadora fallece a los cien años
Helvia Martínez Verdayes, la hermosa modelo del escultor Juan Fernando Olaguíbel para crear una de las obras icónicas de México, Diana Cazadora, murió a los cien años de edad, confirmó hoy la Secretaría de Cultura.
Helvia Martínez Verdayes, la hermosa modelo del escultor Juan Fernando Olaguíbel para crear una de las obras icónicas de México, Diana Cazadora, murió a los cien años de edad, confirmó hoy la Secretaría de Cultura.
Helvia posó para la realización de la impresionante escultura que hoy embellece la plazoleta Diana en Paseo de la Reforma, y de la Fuente de Petróleos, ambas de Olaguíbel con apoyo del arquitecto Vicente Mendiola. Fue en 1942 y solo tenía 20 años en ese entonces.
Sin embargo, por atavismos de la época y haber posado desnuda, algo demasiado atrevido y criticado entonces, su identidad se mantuvo en secreto durante 50 años, lo que dio lugar a todo tipo de especulación sobre la misteriosa modelo que prestó su cuerpo para tan genial obra.
Se habló entonces de numerosas actrices muy hermosas y reconocidas y de modelos internacionales, y una de las versiones más insistentes fue la que daba ese protagonismo a Silvia Pinal.
Helvia mantuvo el silencio voluntariamente ante el temor de que la sociedad le hiciera daño y perdiera su puesto de trabajo como una de las secretarias de Pemex, donde la conoció el artista y la convenció para que sirviera de modelo. Según confesó en una entrevista poco antes de morir, no recibió ni un solo centavo por ello.
La Diana Cazadora es una de las esculturas más representativas de la Ciudad de México y fue bautizada originalmente como La flechadora de estrellas del norte, cuando se colocó en su sitio original el 10 de octubre de 1942 en Chapultepec hasta que, por su belleza, fue trasladada al emblemático Paseo de la Reforma.
Durante sus primeros años de vida, esta escultura causó polémica en la sociedad mexicana por mostrar la figura femenina y en varias ocasiones la escultura fue tapada con tela o hasta ropa.
Helvia dijo que el escultor se enamoró de su cuerpo que era muy perfecto y bello, y era el ideal que buscaba el artista para tan magnífica obra que desde entonces la acompañó toda su vida incluso con pequeñas réplicas esculpidas por ella misma.
Una de las características de la figura es que muy pronto le fue robada la flecha y nunca apareció, ni tampoco fue reemplazada por el autor. Desde entonces exhibe el arco vacío, pero estirado. El dicho mexicano “más perdido que la flecha de Diana” viene de allí.
Un restaurante se atribuye haberla encontrado y la exhibe en su salón de entrada, pero todo hace indicar que es falsa y pura publicidad.