Pertenencias de Saramago en el Instituto Cervantes
La Caja de las Letras iberoamericanas atesora objetos personales del escritor portugués.
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Pertenencias de Saramago en el Instituto Cervantes
El Instituto Cervantes resguarda el legado de José Saramago, primer escritor portugués en ser reconocido con el Nobel de Literatura, en su Caja de las Letras, una cámara que atesora libros, secretos y objetos curiosos de escritores y artistas.
En un acto presidido por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, al que acudieron el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; los ministros de Asuntos Exteriores y de Cultura de España, José Manuel Albares y Miquel Iceta, Pilar del Río, viuda del literato, entregó los objetos y libros que seleccionó para la Caja de las Letras. Ahí permanecerán por tiempo indefinido, con vocación de posteridad.
El primer libro que entregó Del Río fue la edición antigua História do futuro, del padre jesuita António Vieira, quien fuera a su vez, durante los siglos XVII y XVIII, defensor de los pueblos originarios de Brasil.
“Dejó dicho José Saramago que nadie ha escrito un portugués tan bello como el padre Vieira. Si eso es así, aquí dejamos una obra del jesuita que se atrevió a escribir un libro del futuro. Es un poco estragada, antigua, que es una forma de decir que es inmortal y que está abierta”, explicó Del Río.
También entregó escritos del autor sobre otros referentes en su idioma: el poeta Luís de Camões, uno de los grandes maestros de la literatura portuguesa y cuya obra prevalece desde el siglo XVI, y el gran pensador y poeta del siglo XX, Fernando Pessoa. Además, dejó textos sobre Cervantes, Borges, Fuentes, una libreta del año 2022 en blanco, un lápiz y un sello de Saramago.
El director del Cervantes, García Montero, señaló:
“Saramago representa como nadie la buena vecindad, la hermandad con nuestros compañeros de balsa, y la conciencia de que nuestros idiomas ya no son solo nuestros y que nuestra nave debe dirigirse a esa media alma desgajada que vive al otro lado. Cada una de sus novelas es una alegoría de este mundo complejo y a menudo hostil, que no se limita a la queja, sino que señala un camino para nuestro futuro”.
El presidente de Portugal, Rebelo de Sousa, recordó el compromiso político de Saramago “con el antifascismo”, y resumió en tres palabras este acto que “mira a la posteridad: gratitud, fraternidad y futuro, símbolos de este momento único y singular”.