Amazonia brasileña alcanza el nivel anual más alto de deforestación en una década
La deforestación en la Amazonía brasileña ha alcanzado el nivel anual más alto en una década, a pesar de la creciente preocupación mundial por la devastación acelerada desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el poder en 2019.
Entre agosto de 2020 y julio de 2021, la selva tropical perdió 10 476 kilómetros cuadrados, un área casi siete veces más grande que el Gran Londres (Greater London) y 13 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, según datos publicados por Imazon, un instituto de investigación brasileño que ha estado siguiendo la deforestación del Amazonas desde 2008. La cifra es 57% más alta que en el año anterior y representa el peor conteo desde 2012.
“La deforestación aún está fuera de control”, dijo Carlos Souza, investigador de Imazon. “Brasil va en contra de la agenda climática global, que busca reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Souza pidió la reanudación urgente de las acciones del Gobierno para detener la destrucción, incluida la aplicación de medidas contra la deforestación impulsada por la agricultura ilegal en la región, que se ha visto afectada por los recortes presupuestarios del Ministerio de Medio Ambiente y las agencias de protección ambiental.
Aun mientras enfrenta acusaciones de desmantelar sistemáticamente las protecciones ambientales, Bolsonaro ha desplegado soldados para combatir la deforestación ilegal y los incendios. Pero esa política ha resultado ineficaz, dijo Marcio Astrini, secretario ejecutivo de la organización Climate Observatory.
En junio, el entonces ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, renunció en medio de una investigación criminal por acusaciones de que se bloqueó una investigación policial sobre la tala ilegal en la Amazonia.
Pero el liderazgo del ministerio “no ha mostrado ningún progreso”, dijo Astrini.
“Las medidas que benefician la exportación de madera ilegal, razón por la que Salles tuvo que dejar el cargo, siguen vigentes”, denunció.
Las nuevas cifras se dieron a conocer cuando los legisladores celebraron una audiencia pública para impulsar cambios en las políticas ambientales de Brasil.
“Estamos pasando por un momento muy duro en la historia de Brasil. Hay mucho negacionismo y muchos intentos de debilitar nuestra política ambiental”, declaró en la audiencia la senadora Eliziane Gama.