Pentágono: cómo hacer la guerra y hacer que parezca muy seductora
Hoy, casi nadie sabe que el Pentágono y la CIA han financiado éxitos de taquilla tan variados como Apolo 13, Jurassic Park, James Bond, Godzilla, las películas de Marvel, Transformers, Meet the Parents, Soy Leyenda y Top Gun.
En lo que fue una confesión pedante, John Bolton, asesor de seguridad nacional de Donald Trump, admitió en una entrevista concedida a CNN que había ayudado a tramar el derrocamiento de gobiernos extranjeros mientras él estaba en el cargo.
Descartando la idea de que Trump había intentado un golpe en el Capitolio con los disturbios del 6 de enero, Bolton le dijo a Jake Tapper: “Para que alguien ayude a planear golpes de Estado, no en Washington, sino ya sabes, en otros lugares, se necesita mucho, pero mucho trabajo de nuestra parte”.
En la práctica admitió que él y otros en Washington habían cometido un “crimen internacional supremo”, como definió los Juicios de Núremberg “un golpe o un ataque no provocado a la soberanía de otra nación”. Pero, Tapper bastante molesto le quitó importancia a la revelación de un locuaz Bolton.
La Casa Blanca trama golpes de Estado en otros países sólo por una supuesta “excepcionalidad” que le permite quebrantar sin tribulación el derecho internacional. Según la política exterior estadounidense las reglas de la guerra no se aplican a su país porque son una superpotencia global.
Estados Unidos ha perpetrado “cambios de régimen” (golpes de Estados) en más de 70 países desde la Segunda Guerra Mundial. En los últimos años, ha estado involucrado directa o indirectamente en guerras en Afganistán , Irak , Libia , Siria , Yemen y Ucrania. El propio Bolton se ha jactado de su participación en el intento golpista contra durante el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela en 2019, y tratar de instalar como “presidente delegado” a Juan Guaidó.
El Pentágono mantiene unas 800 bases militares repartidas por todo el mundo y gasta más que todos países que le sigue en potencia militar. Y, ahora como guinda para la torta el Congreso multiplicará en varias decenas de miles de millones de dólares al presupuesto de defensa.
A pesar de conocer este belicismo una parte importante del público occidental sigue siendo dócil respecto de una elite política “americana” que se encuentra en un estado de guerra casi permanente y que gasta sumas asombrosas en su maquinaria de guerra.
Mano que guía la “conciencia” publica de occidente
Según un reciente documental, de gran éxito en las redes, “Theatres of War” el Departamento de Defensa efectúa una enérgica supervisión de los guiones de las películas made in Hollywood y en muchos casos dicta completamente estas ficciones. En la práctica, el Pentágono ha estado librando una guerra de propaganda de espectro completo para ablandar a las audiencias occidentales y conseguir de paso apoyar el al militarismo estadounidense.
El documental, basado en datos descubiertos, por el periodista del Reino Unido Tom Secker y por el académico Matthew Alford, revela un hecho sorprendente pero indesmentible: el Pentágono ha sido la mano secreta y guía detrás de miles de películas y programas de televisión.
También, el documental pone al descubierto que muchas más películas terminadas nunca han llegado a la pantalla porque la oficina respectiva del Pentágono las ha censurado, argumentando que están promocionando “mensajes equivocados”.
Las objeciones del Pentágono, generalmente el beso de la muerte, se relacionan con incompetencia militar o crímenes de guerra estadounidenses, control sobre armas nucleares, influencia de las compañías petroleras, venta ilegal de armas, tráfico de drogas, uso de armas químicas o biológicas, promoción de golpes de Estado, o participación en asesinatos o torturas. De hecho, precisamente las cosas que se sabe que ha estado haciendo permanentemente el ejército del país “excepcional”.
¿Cómo ejerce tanto control el Departamento de Defensa sobre las producciones cinematográficas?
Simple. Porque al realizar películas costosas sólo el Pentágono puede suministrar financiamiento y portaaviones, helicópteros, aviones de combate, pilotos, submarinos, vehículos blindados, extras militares y, por supuesto, asesores. La contraparte está clara, lo hace solo si el mensaje le favorece.
Como observa el académico de “Theatres of War”: “ los especialistas saben que la propaganda más efectiva debe hacerse pasar por entretenimiento, ellos saben que con este tipo de películas la gente está más abierta y sus defensas psicológicas están tan bajas que aceptan sin critica el mensaje bélico”.
¿Cuántos espectadores tomarían en serio una película si fuera precedida por un logotipo de patrocinio del Departamento de Defensa o de la CIA? Seguramente muy pocos. Por esta poderosa razón, los contratos de Hollywood con el Pentágono suelen ocultar el papel del Departamento de Defensa .
Y, por eso casi nadie sabe que el Pentágono y la CIA han financiado éxitos de taquilla tan variados como Apolo 13, Jurassic Park, James Bond, Godzilla, las películas de Marvel, Transformers, Meet the Parents, Soy Leyenda y, por supuesto, Top Gun. O, también los especialistas en medios de la servicios de seguridad están implicados en programas de concursos de la televisión. Nada escapa de sus controles.
En realidad, argumenta “Theatres of War”, muchas películas de Hollywood son poco más que anuncios de la industria de guerra estadounidense.
Vendiendo la guerra
Este verano, Hollywood estrenó la secuela de Top Gun, una película de Tom Cruise sobre pilotos de las fuerzas aéreas que llegó a definir un paradigma publicitario en la década de 1980 : “Cómo vender la guerra y hacer que matar parezca muy sexy”.
Los creadores de Top Gun obtuvieron acceso a portaaviones de la Marina, a bases aéreas y a una gran cantidad de F-14 y otros tipos de aviones. Con razón el Washington Post escribió sus dudas respecto del financiamiento de la secuela la película: “Es poco probable que la película se hubiera realizado sin un considerable apoyo del Pentágono. Un sólo F-14 cuesta alrededor de 38 millones de dólares” y el presupuesto total de la película fue de 15 millones”.