Biden cumplió con una tradición de EE.UU. en su visita a Medio Oriente
El lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense Noam Chomsky analiza la visita de Biden a Arabia Saudita
Para el lingüista, filósofo, politólogo y activista Noam Chomsky, el presidente Joe Biden cumplió con una tradición estadounidense en su visita a Medio Oriente.
En su opinión, el espantoso historial saudita de abusos contra los derechos humanos nunca afectó las relaciones de amistad de Estados Unidos con el reino saudita.
Por lo regular, argumenta, Washington siempre da un fuerte apoyo a tiranos asesinos cuando le conviene.
Según Chomsky, la visita de Biden incluyó renovar esfuerzos para persuadir a Bin Salman de incrementar la producción de petróleo para reducir los precios de la gasolina en Estados Unidos.
Otro objetivo es consolidar el logro geopolítico de Trump: los Acuerdos de Abraham.
A juicio del académico, estos pactos –elogiados como una contribución a la paz y la prosperidad– elevaron las relaciones tácitas entre los estados más criminales de la región Medio Oriente/Noráfrica hacia una alianza formal.
Al evaluar la razón por la cual los líderes palestinos desearían reunirse con Biden, aunque parezca extraño –según Chomsky– a la luz del colosal apoyo estadounidense a “Israel” después de 1967, las esperanzas palestinas podrían estar en Estados Unidos.
En su criterio, dentro de la opinión liberal –incluso entre la comunidad judía– existen fisuras en el apoyo, antes sólido, a las acciones israelíes.
La tortura cada vez más brutal a los dos millones de habitantes de la prisión a cielo abierto de Gaza tiene efectos particularmente dramáticos, subrayó.
Si bien estos cambios no influyen en la política, es probable se vuelvan más pronunciados en tanto “Israel” refuerce el camino hacia la derecha y la masacre continua de palestinos sea más difícil de ocultar o explicar.
Para el politólogo, los cambios –tanto a nivel de los pueblos como en la política gubernamental– pueden operarse si los palestinos superan las divisiones internas y en Estados Unidos los movimientos de solidaridad se hacen más efectivos.
“Ese podría ser un camino hacia el elusivo objetivo de una paz justa en la antigua Palestina e incluso hacia acuerdos regionales que no sólo reflejen los intereses de las estructuras represivas de poder, sino de los pueblos de la región en su lucha por un destino mejor”, señaló.