Irak está comprometido con la estabilidad en Medio Oriente
Estamos invitando a nuestros vecinos a reunirse en Bagdad y trazar un mapa para una alianza regional.

De acuerdo con un artículo publicado en The Wall Street Jorunal, los ataques a las instalaciones petroleras en Arabia Saudita son motivo de alarma, pero el problema subyacente no es nuevo. Los desgarradores conflictos en Yemen y Siria han traído inestabilidad y sufrimiento, y los actores externos han alimentado las llamas.
En Irak se observa con gran preocupación las dificultades de la región. Ningún país comprende mejor los estragos de las guerras, las sanciones, la violencia y las luchas internas. Ninguna población está más familiarizada con los costos humanos y materiales que las políticas agresivas y miopes pueden imponer a los ciudadanos comunes. Ningún país anhela la estabilidad y la seguridad más que Irak.
Apunta el diario, que la derrota de Daesh demostró lo que los iraquíes pueden lograr cuando todos, independientemente de su origen étnico o credo, se unen en torno a una causa común y trabajan con aliados internacionales. Pero la victoria sigue siendo frágil, y las tareas más difíciles están por delante.
Según el estudioso Barham Salih, Irak tiene que ofrecer oportunidades de empleo y educación y formación para crear una mano de obra moderna, prestar mejores servicios, rehabilitar y ampliar la infraestructura, reformar el inflado sector público y fortalecer las instituciones, y alejarse de la dependencia del petróleo mediante la creación de un sector privado dinámico, luchar contra la corrupción y crear los marcos reglamentarios y jurídicos necesarios para atraer a los inversores extranjeros.
Estas son las enormes tareas a las que se enfrenta el Gobierno del primer ministro, Adel Abdul-Mahdi.
Irak se ha acercado a sus vecinos y a la comunidad internacional para obtener asistencia financiera y técnica. Pero las ambiciones son presa de la política regional, y pueden verse frustradas si los países vecinos y aliados están en desacuerdo.
Cuando Abdul Mahdi llegó a Nueva York al frente de la delegación de su país ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, su mensaje fue simple:
“Irak no tiene intención de verse arrastrado a conflictos regionales. Irak pretende proteger sus propios intereses y no se dejará utilizar como base para atacar a sus vecinos, ni como campo de batalla para sus representantes.
“Nos interesa actuar como una fuerza estabilizadora y utilizar nuestra posición estratégica clave y nuestras buenas relaciones con nuestros vecinos para erradicar el extremismo. Irak pretende ser una fuerza para la estabilidad y un puente para la integración económica en Oriente Medio.
“Reconocemos que los esfuerzos realizados en el pasado para crear ese marco se han visto obstaculizados por intereses contradictorios, enemistades históricas e injerencias externas. Sin embargo, a todos nos interesa que Medio Oriente supere el conflicto.
"Irak tiene la intención de invitar a sus vecinos a reunirse en Bagdad para mantener una conversación que comience con el imperativo de apoyar la estabilidad y la regeneración económica del Iraq. Trabajaremos diligentemente para identificar áreas para acciones colaborativas inmediatas y para trazar una hoja de ruta para una alianza regional más coherente”.
En opinión de Barham Salih, Irak está introduciendo una legislación histórica para establecer una Comisión de Reconstrucción, con el objetivo de alentar a las empresas privadas y a los inversores extranjeros a que se asocien con el Gobierno en proyectos de infraestructura a gran escala.
Si bien el desarrollo nacional es el objetivo inicial, esta iniciativa podría constituir la base de iniciativas regionales transfronterizas que crearán un interés común entre los Estados locales y fomentarán el crecimiento económico común y la creación de empleo.
La amarga experiencia con Daesh los enseñó a los iraquíes que hay más cosas que unen que las que los mantienen separados. Han compartido sueños y un interés mutuo en cooperar para lograrlo. Han aprendido que sólo pueden alcanzar estos objetivos si están unidos en su consecución.
Esa es una lección para los vecinos y aliados de Irán. La prosperidad depende de construir puentes, no de cerrar las puertas de golpe. Por las propias razones egoístas, Irak tiene la intención de tomar la iniciativa. Las esperanzas iraquíes y su futuro dependen de persuadir a otros para que los sigan.