Presidente libanés: Prefiero renunciar antes que paralizar mi mandato
Michel Aoun ha recibido señales claras desde algunas capitales europeas de que la ayuda al Líbano no está condicionada exclusivamente al regreso de Saad Hariri al frente del próximo gabinete.

El presidente libanés, Michel Aoun, advirtió que prefiere renunciar antes que paralizar su mandanto en un escenario de incertidumbre política en el país, riesgo de colapso económico y un gobierno acéfalo.
Aquellos que saben que Aoun no acepta y no puede tolerar el estado actual de "ingravidez" por mucho más tiempo tiempo, sabiendo el alto costo que conlleva, tanto para su mandato que debe compensar lo que perdió en la primera mitad del período presidencial, como para la situación general de El Líbano.
Según reconoce que el país no puede seguir más sujeto al "lujo de esperar" a la luz del empeoramiento de los riesgos de colapso económico y financiero.
Contrariamente a la acusación de algunas fuerzas políticas y grupos de movimiento popular de protestas a Aoun de que es lento para determinar la fecha de las consultas parlamentarias vinculantes afirman que para él es más urgente que cualquier otra persona llevar a cabo estas consultas, porque su mandato está en juego.
Las consultas tienen el objetivo de nombrar la figura que se encargará de la formación del nuevo gobierno y quienes han visitado al mandatario sostienen que el principal interés de Aoun radica en la formación ya del nuevo gobierno para resolver la crisis que está cada vez más grave.
Aquellos familiarizados con los motivos del gobernante consideran que su ecuación desde el primer día de la renuncia del primer ministro Saad Hariri ha sido la rapidez, pero sin apresuramiento, y señalan que "anunciar" el esperado primer ministro sin haber creado el terreno sería ganar unos días a cambio de perder meses de estancamiento en las discusiones de quienes serían los ministros que compondrían el nuevo gabinete.
Era mucho más fácil para Aoun, según afirman sus visitantes, recurrir de inmediato después de la renuncia de Hariri a las consultas parlamentarias vinculantes para protegerse de la acusación de la lentidud y la demora y colocar grandes cargas de responsabilidad sobre el nuevo Primer Ministro, que se encontraría atrapado entre espinas y retos políticos.
Aoun no fue por este camino, sino tomó la difícil decisión, inspirada en las lecciones de la primera y segunda asignación de la presidencia del Consejo de Ministros durante su mandato, asumiendo las consecuencias de adoptar la jurisprudencia político-constitucional, que le permitió tratar de madurar las condiciones antes de decidir.
Bajo esta máxima, Aoun dejó la puerta abierta a todas las posibilidades durante las negociaciones aun estando el país al borde del abismo, expresando estar abierto a una variedad de opciones que van desde un gobierno encabezado por Saad Hariri u otra persona que el mismo nomina hasta un gobierno liderado por otra figura.
Una fuente informada reveló que si se deja a Aoun solo, habría elegido un nombre sunita moderado con el que tuviera una relación buena y que no esté vinculado ni con el grupo del 8 ni del 14 de marzo, pero el presidente tiene en cuenta que en estas delicadas circunstancias debería tener el apoyo más amplio posible de consenso nacional, especialmente entre las grandes potencias nacionales.
Si bien Aoun ha brindado a las consultas sobre el nombre del presidente en ejercicio y la fórmula del nuevo gobierno todas las posibilidades hasta el momento, aquellos que saben dicen que ya no puede esperar mucho más y que será paciente durante unos días después de los intentos de llegar a un consenso.
De esa forma o bien tendrá éxito y obtendrá el avance en el proceso del gobierno, o bien llamará a las consultas vinculantes, como un hecho consumado.
Mientras, Hariri le dijo a Samir al-Khatib, el "candidato firme" hasta ahora para la presidencia del gobierno "ve y ponte de acuerdo con todas las partes y estoy listo para apoyarte".
Aoun, quien recibió a al-Khatib, está esperando el resultado del esfuerzo del hombre para rotar y redondear los ángulos políticos agudos y reconciliar el techo de las condiciones de Hariri en cuanto a las demandas de otros poderes.
Lo que es importante para Aoun, según sus allegados, es que el nuevo gobierno cumpla con los requisitos de enfrentar los fatídicos desafíos que enfrenta el Estado libanés en esta etapa, especialmente en los niveles económico y financiero.
El presidente de la República, según ellos, parece estar seguro de que la comunidad internacional ayudará al Líbano una vez que se forme un nuevo gobierno.
El apoyo será "no porque nos quiera, sino porque su interés lo requiere por temor a las repercusiones que un caos en El Líbano podría tener en algunos países occidentales".
Aoun ha recibido señales claras desde algunas capitales europeas de que la ayuda al Líbano no está condicionada exclusivamente al regreso de Hariri al frente del próximo gabinete.