Consejo Europeo llama a disuadir a EE.UU. de aplicar mayor presión económica sobre Iraq
Un informe del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés) señala que los gobiernos de la región deben tratar de disuadir a EE.UU. de usar a Iraq como un nuevo campo de batalla en su lucha con Irán.
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Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Un informe del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés) señala que los gobiernos de la región deben tratar de disuadir a EE.UU. de usar a Iraq como un nuevo campo de batalla en su lucha con Irán.
La campaña de "máxima presión" de la administración Trump parece tener ahora a Iraq en la mira, con el objetivo de aumentar el dolor económico experimentado por Irán.
Según ECFR, las capitales europeas deberían estar alarmadas por esta nueva trayectoria de EE.UU., sobre todo dada la fragilidad del gobierno iraquí y sus esfuerzos para evitar un resurgimiento del grupo de Daesh.
Según un alto funcionario europeo (que habló en condición de anonimato), estas medidas han convertido a Iraq en los "pulmones económicos" de Irán. Desde 2018, Iraq se ha convertido en uno de los principales destinos de las exportaciones de productos iraníes. De hecho, el comercio entre los países tiene ahora un valor de 12 mil millones de dólares anuales. Ambas partes quieren aumentarlo a 20 mil millones de dólares anuales a partir de 2021.
Y a pesar de las medidas para diversificar sus proveedores, Iraq sigue dependiendo de las importaciones de gas y electricidad iraníes para satisfacer la demanda máxima de electricidad en verano. Además, alrededor de tres millones de iraquíes viajan a Irán cada año para el turismo, el tratamiento médico, el comercio y otros fines, gastando divisas como dólares de EE.UU., que Irán valora mucho en sus circunstancias actuales.
A juicio de ECFR, Iraq se encuentra ahora atrapado entre el Irán y los Estados Unidos, a pesar de su voluntad declarada de lograr un cuidadoso equilibrio entre estos socios externos clave.
Y Washington no sólo ve con malos ojos el compromiso económico de Iraq con Irán, sino que también está cada vez más preocupado por el hecho de que los vientos políticos en Iraq están cambiando en su contra.
Pero Washington quiere evitar este resultado. La administración estadounidense ha señalado que está dispuesta a utilizar medidas económicas para coaccionar a Iraq para que adopte una postura más favorable a las fuerzas estadounidenses. Este es un paso que algunos halcones dentro de la administración –principalmente los de la Casa Blanca– han querido dar desde hace mucho tiempo, con el objetivo de obligar a Iraq a reducir su dependencia de Irán.
El presidente Donald Trump ha advertido a Iraq que, si el país expulsa a las tropas norteamericanas, EE.UU. "les cobrará sanciones como nunca antes han visto... Hará que las sanciones iraníes parezcan mansas". Según se informa, EE.UU. ya ha redactado nuevas sanciones destinadas a disuadir al gobierno iraquí de ordenar la retirada de las tropas estadounidenses.
Un punto clave de presión sobre Iraq es la renuncia de EE.UU. a las sanciones secundarias, que permiten a Bagdad importar el tan necesitado gas y electricidad de Irán. EE.UU. ha lanzado la idea de permitir que las exenciones caduquen, lo que sometería a Iraq a las sanciones de EE.UU. por importar energía iraní.
Por ahora, EE.UU. e Iraq han acordado un punto medio en el que la duración de las exenciones cae de 120 a 45 días. Pero la cuestión se cierne sobre el estado iraquí, dada su dependencia de la energía iraní y la forma en que las interrupciones de suministro podrían afectar a la población.
Señala ECFR que Iraq también es vulnerable a la presión de EE.UU. porque sus reservas de divisas se encuentran en Nueva York. La administración de EE.UU. ha advertido abiertamente que podría restringir o incluso bloquear el acceso de Iraq a estos ingresos. De hecho, se especula con que Estados Unidos ya han intentado hacerlo retrasando el flujo de fondos a Iraq en enero, cuando los políticos iraquíes estaban debatiendo el futuro de las tropas extranjeras en el país. En un momento de caída de los precios del petróleo, que afectará significativamente a los ingresos iraquíes, la falta de acceso a las reservas de divisas podría ser devastadora.
Un factor decisivo en el desarrollo de las relaciones entre EE.UU. e Iraq, apunta ECFR, será la composición del nuevo gobierno iraquí, en particular la actitud del próximo primer ministro respecto a los vínculos con EE.UU.
El actual nominado es Adnan al-Zurfi, un político iraquí-estadounidense que trabajó estrechamente con la Autoridad Provisional de la Coalición en el Iraq posterior a 2003. Está intentando formar un gobierno para mediados de abril. Y se cree que, si logra ser primer ministro, intentará reconstruir las relaciones con Washington.
Por tanto, si EE.UU. intensifica su presión económica sobre Iraq ahora, esto no sólo equivaldrá a un castigo colectivo, sino que también se arriesga a potenciar a los líderes iraquíes halcones que trabajan en contra de los objetivos de estadounidenses.
Los gobiernos europeos también tienen importantes intereses en Iraq, en particular en la lucha contra el terrorismo, la estabilización del país y la mejora de las condiciones de vida de manera que se reduzcan los flujos de refugiados hacia Europa.
Por ello, entiende ECFR, los gobiernos europeos deberían aumentar urgentemente sus esfuerzos para disuadir a los Estados Unidos de aplicar una mayor presión económica sobre Iraq, tendiendo la mano no sólo a la Casa Blanca sino también al Tesoro, al Congreso y al Pentágono. Las capitales europeas que están involucradas en la coalición anti-Daesh deberían enfatizar el interés que comparten con Washington y Bagdad para prevenir el resurgimiento del grupo.
Para el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, es justo que Washington aliente a Bagdad a afirmar su soberanía y a debilitar su dependencia de agentes externos como Teherán, especialmente tras las protestas en Iraq.
“Los europeos deberían tratar de apoyar este proceso ayudando aún más a Iraq a diversificar su economía. Pero los europeos también deberían advertir a la administración Trump que cuanto más intente coaccionar a Bagdad para que actúe como desea, más probable es que alimente la inestabilidad que empuja al Iraq a acercarse al Irán”, concluye el informe de ECFR.