Estados Unidos: Homeless, los olvidados de siempre
Sin un refugio estable todo lo demás se puede desmoronar, es una advertencia que debe calar en políticos y organizaciones humanitarias que están obligadas a evitar males mayores y sobre todo, más muertes.
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Estados Unidos: Homeless, los olvidados de siempre
En la semana del 7 al 14 de mayo cerca de 2,5 millones de personas en Estados Unidos presentaron solicitudes de desempleo y es probable que el total de parados supere los 35 millones en las últimas ocho semanas, según estimados de analistas de Wall Street, cifra no muy lejana de previsiones de 50 millones de desempleados para finales de 2020, en especial por los efectos en la economía de la Covid-19.
Estas cifras alarman a expertos, entre otras cosas porque muchos pueden ingresar al sector más olvidado de la nación, los llamados homeless (personas sin hogar), para quienes sin un refugio estable todo lo demás se puede desmoronar.
Hace un lustro, por ejemplo, 60.000 personas en Nueva York, la ciudad más golpeada por la pandemia, estaban sin hogar. A nivel nacional, en una noche cualquiera, aproximadamente 555.000 no tenían un hogar, y aunque el número había estado disminuyendo, comenzó a aumentar de nuevo en los últimos dos años. Dado el asombroso número de personas que perdieron su trabajo a raíz de la crisis de Covid-19, esas cifras no harán sino aumentar.
Si en tiempos de prosperidad esto es lo mejor que el gobierno pudo hacer para ayudar a los que luchan por salir adelante, entonces en estos tiempos difíciles el problema se incrementará pese a esfuerzos de algunos estados como California de encontrar un refugio seguro para este sector olvidado.
En muchas ciudades el programa principal para proporcionar viviendas asequibles está tan sobre-suscrito que ni siquiera puedes poner tu nombre en la lista de espera. ¿Qué va a pasar en los próximos meses cuando el desempleo aumente? ¿Dónde encontrará la gente refugio?, plantea una historia que publicó recientemente el diario The New York Times.
Indicó el rotativo en su aproximación al tema que el homeless del barrio, sin embargo, sigue ahí. Lleva años y años en ese mismo lugar, a la intemperie, y parece indestructible. Por su actitud, no muestra más preocupación de la habitual. Tal vez porque esa regla básica de la distancia social para evitar el contagio la cumple desde hace tiempo a rajatabla y sin pretenderlo: nadie se le acerca. Que lo esquiven es la constante de su existencia diaria.
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¿Qué va a pasar en los próximos meses cuando el desempleo aumente?
Lastimoso es que en el país que se precia de ser la mayor economía mundial, por ejemplo, en 2016, un 21.2 por ciento de todos los niños (15.3 millones) vivían en la pobreza, es decir, 1 de cada 5 niños, según el sitio de la organización PovertyUSA.org, y muchos de ellos también pudieran engrosar junto a sus padres el ejército de personas sin hogar, un mal endémico en Estados Unidos.
En 2014, el National Center on Family Homelessness (Centro Nacional de Familias Sin Hogar) analizó datos a nivel estatal y encontró que, a nivel nacional, 2.5 millones de niños viven en la calle a lo largo de un año.
Recientemente, autoridades del gobierno de California, citadas por el diario Los Angeles Times, lamentaban que algunas ciudades bloqueaban sus esfuerzos para proteger a las personas sin hogar del coronavirus, según dijo el Gobernador Gavin Newsom, quien tiene las riendas del estado más poblado de la nación y que muchos analistas consideran entre las primeras economías del mundo.
Indicó el político que los esfuerzo por trasladar a las personas sin hogar a habitaciones de hotel es y moteles para protegerlas del coronavirus sacó miles de personas de las calles, pero los defensores dicen que el programa ha sido lento y desigual en algunas zonas, obstaculizado por la burocracia y la oposición local.
El objetivo original del proyecto del gobernador era asegurar 15.000 habitaciones en toda California para que las personas sin hogar pudieran protegerse de condiciones como las que se dan en la calle y en refugios para personas sin hogar atestados, donde el coronavirus puede propagarse.
Elizabeth A. Mitchell, abogada de la Alianza de Los Ángeles para los Derechos Humanos estimó sin embargo que el esfuerzo avanza demasiado lentamente, por lo que el mes pasado demandó a los funcionarios de la ciudad y el condado de Los Ángeles para forzar la acción.
En la actualidad California tiene la mayor población de personas sin hogar de cualquier estado del país - con unas 108.000 personas viviendo en la calle o en vehículos. A los funcionarios de salud pública les preocupa que las personas que viven en campamentos abarrotados de gente sin hogar sean particularmente susceptibles a la propagación del virus, indico en sus valoraciones el diario Los Angeles Times.
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Lo que sucede en Nueva York y California es apenas la punta del iceberg
Por otra parte, California fue el primer estado que recibió la aprobación de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias para proporcionar refugio a decenas de miles de personas sin hogar. En ese momento, los organismos estatales y del condado habían sacado de la calle a 869 personas sin hogar e identificaron 6.867 habitaciones de hotel y de motel disponibles.
El programa de vivienda da prioridad a las personas sin hogar que corren un alto riesgo, incluidas las mayores de 65 años y las que tienen problemas de salud subyacentes, y las que han estado expuestas al coronavirus o han dado positivo en las pruebas de detección del mismo y no requieren hospitalización, pero que necesitan estar en cuarentena.
Las cifras agregan mayor dramatismo al problema de los llamados homeless, pues, por ejemplo, el condado de Los Ángeles tiene alrededor de 60.000 personas sin hogar, incluyendo unos 36.000 que viven en la ciudad de Los Ángeles.
"Los californianos sin hogar son increíblemente vulnerables a COVID-19 y a menudo no tienen opción de auto-aislamiento o distancia social", dijo Newsom cuando hablo de los esfuerzos del gobierno local para ayudar a los más olvidados.
Por otra parte, en estos tiempos de pandemia al “ayudar a los individuos sin hogar más vulnerables a salir de la calle y a aislarse, California puede frenar la propagación de COVID-19 a través de las poblaciones sin hogar, reducir el número de personas infectadas y proteger los recursos sanitarios críticos", apuntó Newsom al hablar de los programas de su administración.
Lo que sucede en Nueva York y California es apenas la punta del iceberg, pues en casi todos los estados y en las mayores ciudades del país los sin hogar son un problema crónico y endémico que pudiera incrementarse notablemente por los efectos del desempleo, la recesión económica y los altos costos de los alquileres.
Sin un refugio estable todo lo demás se puede desmoronar, es una advertencia que debe calar en políticos y organizaciones humanitarias que están obligadas a evitar males mayores y sobre todo, más muertes.