Covid-19 puede cambiar equilibrio mundial de Occidente a Oriente
La actual pandemia de la Covid-19 puede estar cambiando el equilibrio mundial de Occidente a Oriente, según señala un informe publicado por el sitio web strategic-culture.org.
La actual pandemia de la Covid-19 puede estar cambiando el equilibrio mundial de Occidente a Oriente, según señala un informe publicado por el sitio web strategic-culture.org.
Parece totalmente apropiado que esta pandemia actual esté cambiando el equilibrio mundial del poder económico de Occidente a Oriente de manera que facilite la transición a un mundo más viable. Una transición pacífica y exitosa está lejos de ser una conclusión inevitable. Pero es posible, acentúa la publicación.
La Organización Mundial de la Salud advirtió esta semana que la enfermedad viral podría no ser erradicada y podría convertirse en una amenaza permanente para la salud humana de la misma manera que la enfermedad del VIH.
En cualquier caso, las muertes mundiales por el Covid-19 están destinadas a aumentar más allá del nivel actual de 300 mil, causando así más estragos en las economías y sociedades nacionales, asegura strategic-culture.org.
Precisa que Estados Unidos y Europa están observando sombríamente las caídas abismales de sus economías, que se están describiendo como las peores desde la Gran Depresión del decenio de 1930. Hay pocas dudas de que la pandemia está provocando un cambio de época en el mundo, acentúa.
Un análisis reciente de la Economist Intelligence Unitm predice que el equilibrio geopolítico del poder económico girará de forma decisiva de oeste a este tras la pandemia. "Actuará como un acelerador de las tendencias geopolíticas existentes, en particular la creciente rivalidad entre los Estados Unidos y China y el cambio en el equilibrio económico de poder de Occidente a Oriente", sostiene.
Asegura que la escalada de acusaciones provocadoras de la administración Trump contra China culpando a esta última de la pandemia es infundada e imprudente. Pero tal vilipendio habla del antagonismo más agudo que está expresando Estados Unidos hacia China, un antagonismo que ha estado hirviendo a fuego lento durante años antes de que surgiera la última crisis.
Puntualiza que la pandemia de Covid-19 intensificó la hostilidad estadounidense hacia Beijing, precisamente porque la crisis puso de manifiesto la fragilidad del poder mundial de Estados Unidos y el cambio subyacente que ya se estaba produciendo en un orden mundial dominado por Washington.
En resumen, plantea, los estadounidenses arremeten contra una temible toma de conciencia de sus propios sentimientos de inseguridad como la presunta "potencia excepcional" del mundo.
Acentúa el análisis que en un mundo que se enfrenta a amenazas existenciales el énfasis debe ponerse en la cooperación multilateral y la asociación mutua. La historia de un patógeno invisible que se desplaza con rapidez y sin problemas a través de las fronteras, haciendo inútiles sistemas de seguridad de un billón de dólares, demuestra el imperativo de la cooperación mundial.
Asimismo, subraya que la llamada política del presidente Trump de "América primero", y más en general el engreimiento unipolar americano que existió durante décadas, está siendo expuesta por la peligrosa falacia que es.
El abandono de la Organización Mundial de la Salud por parte de Trump sobre la base de afirmaciones calumniosas relacionadas con China es un ejemplo de la redundancia del modelo estadounidense de poder mundial, asevera.
Las abyectas fallas de Estados Unidos en la contención de la pandemia de Covid-19 se deben no sólo a sus nefastas políticas exteriores, sino también a la quiebra de su economía capitalista y a la monetización de la infraestructura de salud pública en particular.
Afirma strategic-culture.org que el modelo angloamericano de capitalismo es un fracaso. China y Eurasia, en general, parecen haber mostrado mayor fortaleza y resistencia en el manejo de la pandemia.
Parte de ese éxito se debe a una intervención estatal y unos servicios de salud pública más fuertes. Esto no significa que China, Rusia y otros países sean parangones de progreso económico que deban ser emulados por el resto del mundo. Pero una cosa a su favor es la constante defensa del multilateralismo y la asociación mutua que los líderes de estos países han hecho durante muchos años, plantea.
Más adelante precisa el informe que hay claros indicios de que el orden mundial dominado por Estados Unidos es en realidad un orden de desorden en el que prevalecen las relaciones destructivas y depredadoras y las guerras interminables.