Sugieren a EE.UU. cambio de pilares en Medio Oriente
La estrategia de Estados Unidos en Medio Oriente se ha basado en cuatro pilares: (Israel), Turquía, Arabia Saudita y Egipto. El diario británico Financial Times sugiere que Washington deje de apoyarse en esos cuatro pilares y que describe como quebradizos.
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Sugieren a EE.UU. cambio de pilares en Medio Oriente
La estrategia de Estados Unidos en Medio Oriente se ha basado en cuatro pilares: (Israel), Turquía, Arabia Saudita y Egipto, y su avance se ha debido, al menos en parte, a la estrecha colaboración con uno o más de esos estados.
El tratado de paz egipcio-israelí de 1979, la presunta contención de la revolución en Irán, la derrota de la Unión Soviética en Afganistán y el éxito sobre los terroristas de Al Qaeda y Daesh en Siria e Iraq, son algunos de esos supuestos éxitos, según el periódico británico Financial Times.
Sin embargo, la reducción parcial de Estados Unidos y las crecientes pasiones nacionalistas y chovinistas en la región condujeron a esos Estados a usar la violencia fuera de sus territorios para conformar el destino de sus vecinos más débiles.
El Washington de hoy se ha convertido en un observador desafortunado que mira como sube la influencia de Rusia,y si bien Donald Trump cosechó relaciones personales con los jefes de esos países, estos últimos agotaron una reserva de buena voluntad que alguna vez fue significativa hacia Estados Unidos.
Solo (Israel) retiene un apoyo genuino, pero su duro trato hacia los palestinos bajo ocupación y su orientación política cada vez más chovinista ha debilitado su posición en EE.UU., sobre todo en el Partido Demócrata y la comunidad judía.
Turquía e (Israel) ahora están luchando contra grupos heterogéneos en Siria en lo que a veces parece ser una guerra de todos contra todos para remodelar un país desfigurado.
Recientemente, el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, también amenazó con intervenir en Libia para detener los avances de Turquía.
Cuando el presidente Barack Obama pidió a los estados del Golfo que asuman más responsabilidad por sus necesidades de seguridad, no anticipó que el imprudente príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, aceptaría su llamamiento como una bendición para emprender una salvaje campaña contra sus enemigos hutíes en Yemen.
El mundo observó impotente el espectáculo del país árabe más rico que convirtió al más pobre en un paisaje lunar, con un considerable apoyo logístico de los gobiernos de Obama y Trump.
Decenas de miles de civiles, incluidos niños, murieron como resultado de las redadas de una coalición liderada por Arabia Saudita, mientras que los hutíes, que supuestamente reciben armas de Irán, bombardean ciudades yemeníes y sauditas.
¿Qué camino debería tomar la próxima administración de Estados Unidos? Para empezar, debería terminar sus relaciones especiales con estos cuatro países devastadores, sugiere Financial Times.
Turquía ya no es un aliado, ahora que Rusia lo está armando. Está en camino de ser un adversario estadounidense; (Israel) continúa disfrutando de la generosidad financiera de Estados Unidos y el apoyo político casi sin reservas, mientras muestra desprecio por la posición e intereses de Washington.
En otro caso, no hay justificación alguna para el apoyo de Estados Unidos al régimen más opresivo en El Cairo desde la revolución egipcia de 1952.
Y cuando los precios del petróleo llegaron a mínimos históricos y Estados Unidos está produciendo más energía que Arabia Saudita, Washington debería terminar su abrazo con ese opaco reino gobernado por un joven príncipe que se complace en perseguir a hombres y mujeres de letras.
Ya es hora que Washington deje de apoyarse en esos cuatro pilares que Financial Times describe como quebradizos.
Ahora es el momento para que los responsables políticos estadounidenses abran un nuevo camino en el Medio Oriente, a distancia de la agenda quijotesca e intervencionista de libertad de George W. Bush, que murió en Iraq, y de la irresponsable reducción que siguió, que dejó a su paso en jirones una región que se extiende desde Benghazi hasta Bab al-Mandeb.