EE.UU. cada vez más aislado en arena internacional
El secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, volvió a recurrir a la política máxima presión en la ONU, aunque ese reciente movimiento solo puede ahondar más el aislamiento diplomático de Estados Unidos, según The Washington Post.
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EE.UU. cada vez más aislado en arena internacional
Pompeo alegó que asistía derecho a su país de iniciar un proceso que vuelva a imponer sanciones contra Irán.
El "snapback", como se le llama, es un mecanismo vinculado con el acuerdo nuclear negociado entre seis potencias mundiales e Irán en 2015, el cual abandonó el gobierno de Donald Trump con el argumento de que no se hizo lo suficiente para frenar la agenda regional de la República islámica.
La semana pasada, el Consejo de Seguridad rechazó una propuesta de Estados Unidos para extender un embargo de armas contra el país de los persas Irán que vence en octubre, pero Pompeo subió la apuesta.
“Utilizando un argumento legal basado en una disposición del acuerdo que el presidente Trump abandonó hace dos años, Pompeo se reunió con el embajador de la ONU de Indonesia, que este mes preside el Consejo de Seguridad para presionar sobre el caso”, informó The Washington Post.
“Si el Consejo de Seguridad no aprueba una resolución que permita que las sanciones suspendidas hace casi cinco años sigan así, Estados Unidos vetará cualquier medida que permita que las prohibiciones permanezcan levantadas”, dijo el jefe de la diplomacia norteamericana.
Otros países, incluidos los restantes cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad, no quedaron impresionados.
El enviado de Rusia a la ONU describió la medida como "inexistente", porque Estados Unidos no es un participante real del acuerdo nuclear, mientras que, en una declaración conjunta de Francia, Alemania y Reino Unido, este último el aliado más cercano de Estados Unidos, se hizo eco del argumento ruso y rechazó la medida por ser incompatible con sus esfuerzos por preservar lo que queda del acuerdo.
La disputa actual rebosa ironía, indicó el diario capitalino, porque después de pasar gran parte de la presidencia de Trump con ataques al sistema de la ONU e imponer sanciones unilaterales contra Irán, pese a la negativa de sus aliados, Pompeo y otros funcionarios estadounidenses tratan de invocar términos del acuerdo que rechazaron para asegurarse que se mantengan restricciones de la anuencia.
"Es demasiado lindo decir que estamos en el acuerdo nuclear para los propósitos que queremos, pero no para los que no", escribió John Bolton, exasesor de seguridad nacional de Trump, en el Wall Street Journal.
Boltón añadió que esa táctica podría socavar el veto estadounidense en el Consejo de Seguridad.
"Para Estados Unidos, hay un punto de alto principio por el que vale la pena morir en una zanja en las Naciones Unidas: nunca menoscabar el veto del Consejo de Seguridad", escribió.
“El mecanismo de retroceso fue una innovación poderosa y sin precedentes en el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en inglés) o acuerdo nuclear”, tuiteó James Acton, miembro senior de Carnegie Endowment for International Peace.
"Si lo invoca un estado que se ha retirado, nunca más será aceptado en ningún acuerdo internacional".
“Al final, es más una lucha política que legal”, escribieron Ellie Geranmayeh y Elisa Catalano Ewers en Foreign Policy.
“El caso político -que parece ser el más favorecido por los países europeos- es que Estados Unidos carece de legitimidad para recurrir al snapback ya que está motivado principalmente por el deseo de sabotear el acuerdo multilateral después de pasar los últimos dos años socavando sus cimientos".
En todo caso, el que decidirá el destino del acuerdo nuclear después de las sanciones será el propio Irán, el cual ya respondió a la campaña de máxima presión de Estados Unidos, desde aumentar niveles de enriquecimiento de uranio y superar otros límites impuestos a su programa nuclear.
La organización no gubernamental International Crisis Group apuntó que, si el objetivo norteamericano era minimizar el impacto de las ventas y compras de armas en Oriente Medio, Washington pudo recurrir a otras opciones más realistas que la extensión del embargo a Irán o el recurso de un mecanismo de retroceso en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En vez de utilizar una diplomacia delicada, en estrecha consulta con sus aliados y los rivales de voz importante en el proceso, el gobierno de Trump abordó el problema con demandas máximas y una voluntad mínima de compromiso.
Solo logrará más aislamiento internacional, según los pronósticos de los observadores.