(Israel) no las tiene consigo al normalizar relaciones con EAU y Bahréin
La normalización de las relaciones (Israel)-Emiratos Árabes Unidos e (Israel)-Bahréin agrega una pizca de ironía a la historia, en tanto que, apunta The New York Times, se obtiene un gran cambio cuando los grandes jugadores hacen lo correcto por las razones equivocadas.
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(Israel) no las tiene consigo al normalizar relaciones con EAU y Bahréin
Egipto y Jordania hicieron la paz con (Israel) para poner fin a su estado de guerra, pero hay límites para el comercio, el turismo y las inversiones mutuas.
En los casos de Israel-Emiratos Árabes Unidos e (Israel) y Bahréin normalizan relaciones porque quieren comercio, turismo e inversión, y también intercambio de inteligencia contra Irán.
Arabia Saudita bendijo esas anuencias al permitir que las aerolíneas israelíes vuelen por el espacio aéreo saudita de ida y vuelta a Bahréin y Emiratos Árabes Unidos.
No se ve eso todos los días, dice el comentario de The New York Times, al agregar que cualquier cosa en Medio Oriente parecido a la Unión Europea y menos a la guerra en Siria es algo bueno.
Un amigo de Dubái dice que algunas personas ya se están saludando en broma con "Shalom alaikum", una combinación de las frases en hebreo y árabe para "hola".
El columnista afirma que reza todas las noches para que Trump sea derrotado en noviembre, pero si él y Kushner ayudaron a nutrir ese acuerdo en su camino hacia la salida, bien por ellos. Son culpables de miles de pecados, pero ese trato no es uno de ellos.
Primero, porque Estados Unidos comenzó a reducir su presencia militar en el Medio Oriente y, como resultado, surgen otras alianzas; el eje de Irán-Hizbullah en El Líbano, Siria, en Iraq y Yemen; una turco-qatarí y para contrarrestarla está el tácito (Israel)-Emiratos Árabes Unidos-Bahréin-Arabia Saudita, junto con un incipiente eje iraquí, egipcio, jordano y sunita moderado, apunta el diario neoyorkino.
La segunda tendencia es que, desde la primavera árabe, el colapso de los precios del petróleo y el aumento de los jóvenes, los estados árabes sunitas moderados comprenden que ya no pueden conservar su legitimidad en la cuestión de Palestina con ofertas de puestos de trabajo gubernamentales y subvenciones.
Su estabilidad futura depende de ofrecer herramientas educativas, relaciones comerciales, conectividad global y pluralismo religioso, de género y educativo necesarios para prosperar.
Si bien se niegan a incluir el pluralismo político o la disidencia en esa combinación, con el tiempo tendrán que hacerlo. Por ahora, su modelo de modernización es China, no Estados Unidos.
Tal vez la consecuencia involuntaria más importante del esfuerzo de paz de Kushner fue cómo él expuso que el gobierno israelí de hoy es incapaz de aceptar solución alguna de dos Estados con los palestinos.
¿Cómo es eso? El plan de Kushner abandonó la neutralidad tradicional de Estados Unidos y presentó un mapa de dos estados diseñado para satisfacer todas las necesidades políticas y de seguridad del primer ministro de derecha de (Israel), Benjamín (Bibi) Netanyahu, y su base de colonos judíos en Cisjordania.
Bibi y su embajador en Washington, Ron Dermer, ayudaron a elaborar el plan de Kushner. ¿Y qué pasó?
Bibi no aceptaría el propio plan de Bibi.
Kushner propuso que (Israel) podría anexar alrededor de 30 por ciento de Cisjordania, donde se encuentran la mayoría de los asentamientos judíos y en el otro 70, los palestinos podrían establecer un estado, con una colección de piezas vagamente conectada y una capital en las afueras de Jerusalén.
Sin embargo, los colonos de línea dura de la coalición de Bibi insistieron en retener la soberanía en toda Cisjordania, con el pretexto de que Dios se las dio a los judíos y no aprobarían ni siquiera 70 por ciento de un estado palestino rodeado por un ejército israelí.
Entonces, Bibi intentó anexar su 30 por ciento, sin estar de acuerdo con la propuesta de un estado palestino y Trump y Kushner, para su crédito, bloquearon eso.
Emiratos Árabes Unidos intervino y dijo que, si Bibi abandonaba su plan de anexión, normalizarían las relaciones con Tel Aviv.
La línea favorita de Bibi con los presidentes de Estados Unidos a lo largo de los años fue "pruébame", lo que implica que mostraría valor político para el plan correcto de dos estados.
Trump lo puso a prueba y falló. Bibi nunca preparó su base para aceptar ni siquiera la forma más benigna y neutralizada de un estado palestino.
¿Qué presidente de Estados Unidos o enviado europeo se involucrará con Bibi si Bibi no puede aceptar el plan de Bibi?
Por lo tanto, lo más probable es que el problema palestino se convierta cada vez más en una cuestión interna en (Israel).
Los 2,5 millones de palestinos en Cisjordania ante la perspectiva del control israelí sin alternativa a la vista, exigirán igualdad de derechos y ciudadanía israelí. Y eso representará una amenaza directa para el carácter judío de (Israel) de una manera que ningún ejército árabe lo ha hecho nunca. El verdadero legado de Bibi.
Es por eso que, en el lado israelí-palestino del libro mayor, el plan de paz Trump-Kushner puede ser el plan de paz más importante jamás puesto sobre la mesa, no por lo que logró entre israelíes y palestinos, sino por lo que reveló.