Berri califica de oscuro panorama para formar gobierno en El Líbano
La semana pasada, el presidente de la República, Michel Aoun, postergó para este jueves esas reuniones, porque las bancadas cristianas se oponen a la candidatura del ex primer ministro Saad Hariri.
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El presidente del Parlamento de libanés, Nabih Berri.
El presidente del Parlamento de libanés, Nabih Berri, calificó este lunes de oscuro el panorama para instalar un Gobierno, habida cuenta del estancamiento en el proceso para formarlo.
Berri expresó que la atmósfera sobre los debates para elegir un Ejecutivo sigue siendo gris y neblinosa ante el constante aplazamiento de las consultas parlamentarias.
La semana pasada, el presidente de la República, Michel Aoun, postergó para este jueves esas reuniones, porque las bancadas cristianas se oponen a la candidatura del ex primer ministro Saad Hariri.
Los partidos Corriente Patriótica Libre y Fuerzas Libanesas alegan una y otra razón para rechazar a Hariri, quien dimitió al puesto el 28 de octubre de 2019.
En un caso, preconizan que el Ejecutivo sólo deben integrarlo especialistas ajenos a los políticos y, en el otro, demandan comicios generales anticipados a fin de que emerja otro Congreso.
Hay esperanzas de que Hariri retome el cargo por su nivel de contactos con Francia, Estados Unidos y Arabia Saudita que, a la hora de la verdad, son los decisivos hacia lo interno en este país del Mediterráneo oriental.
El Líbano carece de un Gabinete oficial desde el pasado 10 de agosto con la renuncia de su jefe, Hassan Diab, y de un posterior sustituto, Mustafá Adib, quien no llegó al mes al frente del Ejecutivo.
A falta de una alineación gubernamental, se agrava la peor crisis en décadas, acentuada por la COVID-19 que paralizó todas las actividades económicas de una nación dependiente en 70 por ciento del sector externo.
La economía libanesa se sustenta en una variada oferta de servicios, el más relevante de ellos, el basado en la industria del turismo por la diversidad cultural, histórica y de bellezas naturales presentes en el país.
Pero ahora con un incremento notorio del desempleo (se dice que alcanza más de 40 por ciento), la depreciación de 80 por ciento del valor de la moneda nacional y las quiebras y bancarrotas de miles, no hay manera de un despegue.
La trabazón del Gobierno impide promulgar leyes que allanarían ayuda de unos 11 mil millones de dólares prometidos en una conferencia en París, en 2018, condicionada a modificaciones que cambiarían las reglas de juego existentes desde hace 30 años.
A lo largo de esas tres décadas hubo un reparto de cargos en el Estado entre las 18 confesiones religiosas que, de ser aplaudido por su presunto equilibrio, se valió de la corrupción, el saqueo al erario y el clientelismo político para eternizarse en el poder.