“El terrorismo no es un producto islámico. El Occidente ha avivado el terrorismo en la región, y el punto más importante es que el terrorismo, que golpea allí en Europa, no tiene ninguna relación con el terrorismo que existe en nuestra región”, afirmó  el mandatario sirio durante una reunión celebrada en el Ministerio de Dotaciones en Damasco, la capital.

Al-Assad censuró el rol de ciertos países occidentales en la difusión de la mentalidad wahabita en el mundo “a cambio del dinero”, para luego matizar que ahora Occidenta está pagando el precio de sus actuaciones, pero responsabiliza del terrorismo a los musulmanes.

El presidente sirio denunció también el abuso de países occidentales de conceptos de derechos humanos, libertad y demócrcia para materializar sus objetivos nefastos en la región.

“Utilizan la democracia para dominar a la gente y usan los derechos humanos para lanzar guerras. Recurren al liberalismo moderno que ha comenzado a desarrollarse desde hace casi cinco décadas de manera gradual y maliciosa como un cáncer”, repudió.

El Gobierno sirio denunció en reiteradas ocasiones el apoyo armamentístico, logístico y financiero de ciertos estados occidentales, encabezados por Estados Unidos, a las bandas extremistas y armadas para crear inseguridad y desestabilizar el país árabe, y robar sus riquezas naturales, especialmente el petróleo, entre otras metas nefastas e imperialistas.

Diferentes informes han mostrado cómo Washington usa las bases militares que ha construido de manera ilegal en el norte y este de Siria para entrenar y apoyar a los elementos terroristas takfiríes, especialmente en momentos en los que el Ejército sirio y sus aliados han asestado duros golpes a los extremistas, liberando la mayor parte del país.