Jerusalem Post: "Israel" está en peligro
¿Terminará esto en el asalto a la Knesset, a la casa de Bennett o en un ataque físico contra un miembro de la Knesset? No lo sabemos, afirma Yaakov Katz, editor en jefe de Jerusalem Post.
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El líder de Yesh Atid, Yair Lapid, el jefe de Yamina, Naftali Bennett, y el líder de Ra'am, Mansour Abbas, firman acuerdos de coalición en el hotel Kfar Maccabiah el miércoles por la noche.
A juicio de Yaakov Katz, editor en jefe del Jerusalem Post, la transición pacífica del poder es una de las características de las democracias. Es un signo de estabilidad en el sistema de gobierno, y de confianza en las instituciones de ese gobierno.
En su opinión, lo que ocurrió el 6 de enero con el asalto al Capitolio de Estados Unidos fue un intento de impedir que Joe Biden se convirtiera en presidente; y lo que hizo Benjamín Netanyahu el domingo fue su intento de impedir que Naftali Bennett se convirtiera en primer ministro.
Escuchar a Netanyahu hablar el domingo a su facción del Likud debería suscitar la preocupación de todos los israelíes. Aunque no llamó abiertamente a la gente a asaltar la Knesset, hizo todo lo posible para deslegitimar el gobierno que Bennett y Yair Lapid planean formar esta semana.
Este nuevo gobierno, dijo, es un caso del "mayor fraude electoral de la historia del país"; que la gente "se siente engañada"; y que es derecho de todos actuar y protestar contra la formación del gobierno.
"Estamos hablando de partidos que hablan de derecha y actúan de izquierda y engañan a sus votantes", dijo Netanyahu a sus compañeros del Likud. "Quiero decir la simple verdad que todo el mundo entiende: no hay que tener miedo de atacar a los comentaristas de los medios de comunicación y a los estudios de televisión y a la maquinaria de propaganda que trabaja para ellos. Esto forma parte del engaño. No tengáis miedo de decir la verdad".
Para Katz, este discurso podría no sonar incendiario, pero se produce en el momento en que casi todos los miembros del Partido de Yamina están bajo vigilancia de seguridad las 24 horas del día debido al aumento de las amenazas contra ellos y sus familias. Bennett está protegido por el Shin Bet (Agencia de Seguridad de "Israel"), Ayelet Shaked por la Guardia de la Knesset, y desde el domingo, los MKs Idit Silman y Nir Orbach también están flanqueados por guardias armados.
Los comentarios de Netanyahu se produjeron menos de un día después que el jefe del Shin Bet emitiera una rara advertencia pública, haciendo sonar la alarma de que el nivel de incitación en "Israel" hoy en día podría terminar en un derramamiento de sangre. ¿Impidió eso a Netanyahu deslegitimar al nuevo gobierno o llamar a sus seguidores a atacar (de forma legal, subrayó) a los medios de comunicación y a los miembros de la Knesset? Lamentablemente, no.
Es cierto que Netanyahu aceptó de boquilla el llamamiento del jefe del Shin Bet a denunciar la incitación, pero rápidamente pasó al ataque, echando más leña al fuego. Para sus seguidores, había una cosa que sacar de su discurso, y era seguir luchando, atacando y resistiendo al establecimiento de la llamada coalición del cambio.
Señala Katz quede producirse la violencia, Netanyahu hará lo que mejor sabe hacer: lavarse las manos de cualquier responsabilidad y repetir su llamamiento a la resistencia dentro de los límites de la ley. Aunque eso sea lo que dijo, también hay música en la forma en que lo dijo.
Llamar a algo un fraude y que la gente se levante y resista puede interpretarse de muchas maneras diferentes. Cuando tu jefe de seguridad interna advierte de un derramamiento de sangre y tú ignoras ese llamamiento y hablas como lo hizo Netanyahu, eres responsable de lo que ocurra después. A veces, es así de sencillo.
Este es un territorio peligroso para "Israel", que recuerda a la forma en que Donald Trump luchó para anular y deslegitimar las elecciones del 4 de noviembre. ¿Acabará esto en el asalto a la Knesset, a la casa de Bennett, o en un ataque físico contra un miembro de la Knesset? No lo sabemos.
Netanyahu no quiere que sus seguidores se molesten; quiere que se sientan engañados. Así podrá mantenerlos de su lado cuando se forme el gobierno Bennett-Lapid. Jugará la carta de la víctima, y quiere que sus seguidores se sientan también víctimas. No quiere dar ni un solo momento de gracia al nuevo gobierno para que tenga éxito donde él ha fracasado. Quiere que todo el mundo esté en vilo todo el tiempo.
Hay una alternativa: reconocer que se ha establecido un nuevo gobierno y concederlo con gracia. Significaría invitar a Bennett y a Lapid a una reunión, hacer que los altos cargos se reúnan con los altos cargos del otro bando y garantizar que la transición se haga de la forma más suave y responsable posible.
Eso no es lo que está haciendo Netanyahu. Quiere caer luchando, ya que celebrar una reunión de este tipo sería dar legitimidad al nuevo gobierno, y eso es algo que Netanyahu se negará a hacer.
Los israelíes deben permanecer atentos, porque lo que escuchamos el domingo no es simplemente la charla de un político que perdió las elecciones. Es el discurso de alguien decidido a hacer todo lo posible para impedir el traspaso de poder a otro primer ministro y a un nuevo gobierno destinado a sustituirle. Si eso significa debilitar aún más las instituciones del Estado y los valores democráticos, que así sea. "Israel" debe tener cuidado.