Colombia: Cómo surge el paramilitarismo
Uno de los ex jefes de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia detalló para la Comisión de la Verdad el vínculo del Estado con los grupos armados y dijo que son "hijos legítimos del Estado"
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Colombia: Cómo surge el paramilitarismo
Más de siete décadas suma la guerra que vive Colombia y que ha tenido como uno de los actores protagónicos al Estado, dominado por oligarquías locales que han impuesto tácticas de violencia extrema y estrategias que frenan cualquier intento de paz, señala Misión Verdad en una publicación reciente.
En su análisis el sitio web dice que está demostrado que el Estado colombiano ha delegado una guerra contra las guerrillas y la sociedad en general a los ejércitos paramilitares, como confiesa el ex jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, en una reciente reunión virtual con la Comisión de la Verdad.
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Colombia: Cómo surge el paramilitarismo
Según detalla Mancuso, participó en la fundación de los llamados grupos de autodefensa que se extendieron en los departamentos del norte de Colombia, regiones donde había conflictos de larga data entre las guerrillas, el ejército estatal y la oligarquía terrateniente. La conjunción de estos dos últimos sectores trazaría un proyecto político, militar y económico, afirmó.
Al mismo tiempo dice que se mantenían lazos diversas instituciones y las Convivir o cooperativas de vigilancia usadas como fachada legal del paramilitarismo, y que fueron autorizadas a funcionar con el Decreto Ley 356 de 1994, y fueron intensamente apoyadas por Álvaro Uribe Vélez cuando fue gobernador de Antioquia (1995-1997).
La publicación señala que el jefe paramilitar Éver Veloza García, alias HH, contó a las autoridades colombianas que sus grupos armados habían actuado desde su creación "y hasta hoy" al amparo de las fuerzas militares, y que la Convivir Papagayo, de la región de Urabá, "siempre tuvo su sede detrás de la Brigada XVII del Ejército Nacional, y que para llegar a sus instalaciones era necesario pasar por controles del ejército".
Las Convivir Papagayo resultan solo un ejemplo de lo que en realidad eran estas asociaciones de vigilancia y seguridad privada: verdaderos grupos paramilitares protegidos por el Estado, u organizaciones que actuaban en conjunto y coordinadamente con los Grupos.
Diversas organizaciones de derechos humanos, entidades del Estado y organismos internacionales de protección de los derechos humanos denunciaron este hecho al ver estos grupos la legalización del paramilitarismo.
Mancuso, que cumple prisión en EE.UU. por narcotráfico aseguró que él mismo fue entrenado por el ejército colombiano. Simplemente el Estado delegó la confrontación armada en Colombia contra la guerrilla, en los paramilitares, creando una bisagra entre una autodefensa legal y la autodefensa ilegal.
Ese tránsito de lo legal a lo ilegal era ideal para las acciones encubiertas del Estado colombiano, que al menos desde 1968 instó a la población a incorporarse a las tareas de defensa e inteligencia pública con decretos, leyes y órdenes. Pero las Convivir apenas eran punta del iceberg, publica Misión Verdad.
La muestra de la complicidad del Estado con esas fuerzas es que cientos de políticos colombianos han llegado al poder con el respaldo de los grupos paramilitares. Mientras criminalizan a los guerrilleros y los parapolíticos gozan de inmunidad y dan protección al poder detrás de las sombras.
Según las declaraciones de Mancuso en la Comisión de la verdad habló del papel de los comisarios políticos dentro de las estructuras en la creación de las estructuras. “Yo me reunía con alcaldes, políticos y empresarios, tenía múltiples roles".
De esta manera se confirma las varias alianzas creadas arrebatar el control territorial a las guerrillas: "Dejé de ser Salvatore Mancuso y me convertí en alias Santander Lozada y empecé a tener acuerdos con la institucionalidad, con el Ejército, el DAS, con la Policía, incluso con Fiscalías atendiendo a la causa de la autodefensa para enfrentar conjuntamente al enemigo de la Nación".
En su testimonio el ex integrante de las AUC mencionó que al menos el 35 % del Congreso tuvo vínculos con ellos, señalando que los políticos, a través del control territorial ejercido por el grupo, se beneficiaban de poder dirigir a la población local en las elecciones. Otros ex integrantes de estos grupos armados coinciden en que había algunos de ellos en el seno del Estado, entre políticos, militares y policías.
Mancuso desde su apresamiento ha contado varias historias que salpican a políticos, oficiales militares y policiales, jueces y asimismo a la oligarquía terrateniente, sobre todo la que se relaciona más con el uribismo.
Es por algo que en estos momentos de crisis del uribismo algunos sectores no quieren escuchar esta parte de la historia. Sobre todo quienes ocupan en estos momentos la Casa de Nariño., concluye Misión Verdad.