Noruegos votan en elecciones marcadas por el cambio climático
La divulgación de un informe auspiciado por la ONU y que reclamaba medidas más drásticas para contener las emisiones de gases contaminantes ha agitado un escenario político en el que, al menos de momento, los principales partidos parecen reacios a pasar página a los combustibles fósiles, conscientes del dinero y el empleo que hay detrás.
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La primera ministra de Noruega, Erna Solberg.
Los ciudadanos noruegos están llamados este lunes a votar en unas elecciones parlamentarias que han tenido como principal protagonista en campaña a la lucha contra el cambio climático, en particular por el futuro que debe tener la potente industria petrolera del país nórdico, reportó EuropaPress.
La divulgación de un informe auspiciado por la ONU y que reclamaba medidas más drásticas para contener las emisiones de gases contaminantes ha agitado un escenario político en el que, al menos de momento, los principales partidos parecen reacios a pasar página a los combustibles fósiles, conscientes del dinero y el empleo que hay detrás.
El Partido Conservador llega a esta cita en horas bajas y los sondeos vaticinan un retroceso de la formación de Erna Solberg, primera ministra desde 2013.
Con menos diputados, se arriesga a perder el poder en favor del Partido Laborista de Jonas Gahr Store, para el que los sondeos auguran también un retroceso pero más opciones de cara a tejer futuras alianzas.
Entre los potenciales socios laboristas figura el Partido de Centro o el Partido de la Izquierda Socialista, si bien este último, al igual que el Partido Verde, plantearían en principio como requisito para subirse a bordo la suspensión en la concesión de nuevas licencias de explotación energética, según la agencia Bloomberg.
Store, que se ha mostrado a favor de una política "justa" en materia medioambiental e incluso ha reconocido que Noruega puede estar a las puertas de una nueva era, ha descartado poner demasiadas ataduras a una industria energética valorada en 40.000 millones de dólares.
Cabe también la posibilidad de que Solberg dé una nueva sorpresa, como ya ocurrió en las elecciones de 2017, aunque 'a priori' en esta ocasión parece menos probable que entonces.
Ningún otro gobernante ha permanecido tanto tiempo en el poder en el país nórdico y la actual primera ministra, de 60 años, ha apelado precisamente a su veteranía política como garantía de estabilidad.