Al Houthi: La revolución popular puso fin a la tutela extranjera en Yemen
Durante un discurso televisado en directo desde Saná, la capital yemenita, Al Houthi afirmó que Estados Unidos se encargaba de administrar los asuntos internos de su país antes de la revolución popular. Señaló que embajada estadounidense en Saná tenía el control de la oficina presidencial.
"La Revolución yemenita del 21 de septiembre es un gran logro, y aún continúa. Antes de ella había tutela extranjera que llevó al colapso y a la completa ocupación de Yemen. Las antiguas facciones políticas no tenían ninguna intención de conseguir la independencia y la libertad de la nación yemenita", declaró el líder del movimiento Ansar Allah.
Durante un discurso televisado en directo desde Saná, la capital yemenita, Al Houthi afirmó que Estados Unidos se encargaba de administrar los asuntos internos de su país antes de la revolución popular. Señaló que embajada estadounidense en Saná tenía el control de la oficina presidencial.
Agregó que las fuerzas políticas del país estaban lidiando con la embajada estadounidense en términos de entregarla a la tutela. "La situación antes de la revolución tendía a colapsar en todos los campos”.
"Había explosiones, asesinatos y elementos terroristas takfiríes antes de la revolución. Los enemigos hicieron todo lo posible para eliminar las fuentes del poder financiero y espiritual de Yemen, y llevar al país al borde del colapso para ocuparlo", dijo el jefe de Ansar Allah.
Y añadió: "EE.UU. utilizó a los terroristas de Al Qaeda para crear división dentro de Yemen, y para avanzar en su agenda hegemónica". Subrayó que Washington también trató de influir en el sistema educativo del país a favor del régimen israelí.
Consideró que "si la situación hubiera continuado como estaba antes de la revolución, económica, política y desde el punto de vista de la seguridad, Yemen se habría encaminado hacia la desintegración y el colapso total".
Al-Houthi señaló que antes de la revolución "no había una tendencia positiva a abordar varios problemas de una manera correcta y sólida".
Señaló que los enemigos de Yemen han despojado a nuestro pueblo de todos los factores de poder, material y moralmente para que pudieran controlarlo. Trabajaron para desmantelar el ejército y despojarlo de los medios de fuerza. "La quiebra de las fuerzas políticas antes de la revolución alentó a atacar a Yemen en todos los campos", señaló.
Según el líder de Ansar Allah, "los enemigos han provocado luchas sectarias y regionales y conflictos políticos para desmantelar el país", y enfatizó que "atacar Yemen sirve a Estados Unidos, "Israel" y Gran Bretaña como parte del proyecto para atacar a nuestra nación".
“El pueblo yemenita se enfrenta a una gran agresión y asedio de países que tienen un gran potencial con una traición en nuestro entorno árabe ", manifestó.
Apuntó que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) no son más que peones en manos de Estados Unidos, y son "vacas ordeñadas" por Washington para servir a los intereses del régimen de Tel Aviv.
"La nación yemenita ha decidido rechazar la capitulación ante las artimañas estadounidenses e israelíes, y ser reconocida por su fe y dignidad", dijo Al Houthi.
El líder de Ansarullah destacó que la revolución del 21 de septiembre representa a personas de todos los ámbitos de la sociedad yemenita, así como a diversas tribus y partidos políticos.
Al respecto, señaló que la revolución surgió por necesidad tanto humana como moral. "La situación previa de nuestro país nos hace darnos cuenta de que la revolución es inevitable y de un interés real para nuestro querido pueblo".
"Ninguna campaña de odio, disturbios o actos de vandalismo aseguraron la revolución de Yemen. Sin embargo, Estados Unidos no dejó piedra sobre piedra para impedir la formación de un gobierno viable tras la revolución. Muy a su pesar, las tropas estadounidenses tuvieron que retirarse de Yemen", afirmó Al Houthi.
"Estados Unidos impuso la agresión contra Yemen para impedir que la nación alcanzara sus objetivos, pero los yemenitas se han mantenido firmes y han hecho enormes sacrificios frente a la agresión", añadió.
"No podemos permitir que personas ajenas al país se hagan con el control de los recursos naturales de Yemen y mantengan al pueblo en la más absoluta pobreza. Los intereses del pueblo son una gran prioridad para nosotros. Luchamos por la independencia, la libertad y el control de la riqueza nacional de la nación yemenita", señaló el jefe de Ansar Allah.
Afirmó que el Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, con sede en Saná, está trabajando para reformar las instituciones del Estado en el país árabe asolado por la crisis, y está deseoso de forjar relaciones amistosas con todos sus países vecinos y la comunidad internacional.
Por otra parte, Al Houthi elogió las posiciones honorables hacia Yemen, en referencia a las posiciones de " Irán y la Resistencia libanesa y los pueblos libres de Siria, Iraq y Bahrein".
"Nos dimos cuenta del problema del papel externo desde el principio. Fueron los países extranjeros, liderados por Estados Unidos, los que enfrentaron la revolución, antes que sus agentes", y agregó que "la comunidad internacional estaba presente para dar cobertura a cualquier crimen contra nuestro pueblo, pero la revolución ganó de una manera que asombró al mundo".
Señaló que "Estados Unidos descubrió que el campo ya no estaba abierto para hacer lo que quería en Yemen después de la victoria de la revolución".
En el mismo contexto, el miembro del Consejo Político Supremo en Yemen, Muhammad al-Houthi, respondió al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, diciendo que "el poder judicial de la República de Yemen gobierna a través de una referencia legal legítima ".
Al Houthi concluyó que Yemen seguirá apoyando firmemente la causa palestina y su lucha contra la ocupación israelí.
Arabia Saudita, respaldada por Estados Unidos y sus aliados regionales, lanzó la guerra contra Yemen en marzo de 2015, con el objetivo de devolver al gobierno de Hadi al poder y aplastar a Ansar Allah.
La guerra ha dejado cientos de miles de muertos y ha desplazado a millones más. También ha destruido la infraestructura de Yemen y ha propagado la hambruna y las enfermedades infecciosas.
Sin embargo, las fuerzas armadas yemenitas y los Comités Populares aliados han aumentado su fuerza contra los invasores dirigidos por Arabia Saudita, dejando a Riad y sus aliados empantanados en el país.